La historia de la amistad entre Orangután, la niña y el peluche de orangután



En lo más profundo de la selva vivía un orangután llamado Simón, quien disfrutaba de su tranquila vida entre los árboles.

Un día, Simón encontró un peluche de orangután abandonado en la selva y, conmovido, decidió adoptarlo como su propio hijo, al que llamó Maní. Simón cuidaba con amor a Maní, enseñándole a trepar árboles y a buscar frutas. Una mañana, mientras jugaban, escucharon risas a lo lejos. Eran los niños de un pueblo cercano, que exploraban la selva.

Entre ellos se encontraba una curiosa niña llamada Marina, quien quedó fascinada al ver a Simón y a Maní. La niña se acercó con cautela, pero Simón le dio la bienvenida con una gran sonrisa.

Desde ese día, Marina visitaba la selva para jugar con Simón y Maní. La amistad entre ellos crecía cada día más, y juntos descubrían los secretos de la selva. Un día, Simón enfermó y Marina, preocupada, cuidó de él con amor y dedicación.

Con el tiempo, Simón se recuperó gracias al cariño de Marina y a la compañía incondicional de Maní. La amistad entre el orangután, la niña y el peluche de orangután se fortaleció, convirtiéndolos en inseparables amigos.

La selva se llenó de risas y juegos, demostrando que, a veces, el mayor tesoro se encuentra en la amistad y el amor sincero.

FIN.

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