La historia de la amistad inclusiva
En la escuela preescolar 'Amigos', había una niña llamada Sofía que tenía una discapacidad motora. Sofía se sentía un poco sola en la escuela, ya que los demás niños no siempre la incluían en sus juegos. Un día, la maestra de Sofía, la señorita Valeria, dio una clase especial sobre la importancia de la inclusión y la amistad.
- Hoy vamos a aprender sobre cómo todos somos diferentes pero hay algo que nos une: ¡la amistad! - dijo la señorita Valeria, sonriendo a los niños.
Los pequeños la miraron con curiosidad. Sofía, que estaba sentada en su silla junto a la ventana, sintió que su corazón latía más rápido.
- ¿Qué significa 'incluir'? - preguntó Lautaro, uno de sus compañeros más traviesos.
- Incluir significa hacer sentir a todos como parte del grupo, no importa si son diferentes - explicó la maestra. - Así que hoy, quiero que cada uno de ustedes invite a un compañero a jugar.
Los niños se miraron, unos se sonrieron y otros parecieron dudosos. Antes que pudiera reaccionar, Sofía sintió que la mirada de alguno de sus compañeros se posaba sobre ella. Emocionada, levantó la mano.
- Yo quiero jugar con todos - dijo con voz firme, aunque un poco temblorosa.
- ¡Eso suena genial! - exclamó la señorita Valeria.
Un grupo de niños se acercó a Sofía. Entre ellos estaba Valentina, una niña de cabello rizado y risa contagiosa.
- Sofía, ¿quieres ser parte de nuestro equipo para el juego de la pelota? - preguntó Valentina, mientras los demás asentían.
Sofía sonrió, aunque un hilo de duda cruzó su mente.
- ¿Puedo jugar? Pero...no puedo correr.
Valentina, con su brillo de alegría, respondió: - No te preocupes, ¡te vamos a ayudar! Puedes ser nuestra estratega desde aquí.
La idea emocionó a Sofía.
- ¡Sí! Me gustaría planificar los movimientos. - dijo Sofía, ahora llena de energía.
Así, los niños jugaron, mientras Sofía dirigía desde su lugar. Generó estrategias ingeniosas que sorprendieron a todos.
- ¡Vamos! ¡Pasen la pelota a la derecha! - gritó Sofía, con un decidido entusiasmo.
Al principio, era incierto. Pero pronto, todos se dieron cuenta de que seguían las indicaciones de Sofía, llevándolos a una divertida victoria.
- ¡Ganamos! - gritaron todos emocionados, aplaudiendo a Sofía, quien sonreía con orgullo.
Desde ese día, Sofía comenzó a sentirse parte del grupo. Los niños ya no dudaban en incluirla en sus juegos, y ella compartía su gran imaginación. Un día, decidieron hacer una representación en la que Sofía sería la narradora.
- Será una historia de aventuras donde todos somos héroes - dijo emocionada.
Los niños aplaudieron.
- Entonces, ¡tendremos que practicar mucho! - añadió Valentina. - ¡Sofía, nos guiarás!
Con el tiempo, todos los niños comprendieron que la inclusión significaba dar oportunidades a los demás.
- Este es un nuevo comienzo para nosotros - dijo Lautaro, llenándose de entusiasmo.
Al final de la semana, la señorita Valeria organizó una fiesta de la amistad, donde todos compartieron cosas sobre sí mismos, sus gustos y sus diferencias. Sofía les habló de su amor por los cuentos.
- Y todos podemos ser amigos, sin importar las diferencias - concluyó.
Después de ese día, la amistad en la escuela 'Amigos' floreció como un hermoso jardín. Sofía se convirtió en un símbolo de la inclusión, y todos aprendieron el valor de estar juntos y de celebrar sus diferencias.
Y así, lo que comenzó como un simple día de clase se transformó en una hermosa historia de amistad inclusiva, demostrando que todos, sin importar sus habilidades, merecen un lugar en el juego de la vida.
FIN.