La historia de la papa que se convirtió en puré
Había una vez en un campo de papas, una papa llamada Pepita que crecía feliz junto a sus hermanas papas. Desde pequeña, Pepita soñaba con ser papa frita, como sus amigas más cercanas. Pero a medida que pasaba el tiempo, Pepita empezó a darse cuenta de que su forma y tamaño no eran los adecuados para convertirse en una papa frita perfecta.
Pepita se sentía triste y desanimada, pensando que nunca podría cumplir su sueño. Sin embargo, un día, cuando las papas fueron recolectadas, se dio cuenta de que tendría una oportunidad única. En lugar de convertirse en una papa frita, Pepita fue seleccionada para ser transformada en un delicioso puré de papas. Al principio, Pepita se sintió desilusionada al no cumplir su sueño, pero luego entendió que su destino era diferente y que aún podría hacer feliz a mucha gente.
Cuando los niños se sentaron a la mesa y probaron el suave puré de papas, quedaron encantados con su delicioso sabor. Uno de los niños incluso le dijo a su mamá que era la mejor comida que había probado en su vida. En ese momento, Pepita se sintió realizada y feliz, porque aunque no pudo convertirse en papa frita, había logrado llevar alegría y satisfacción a los niños que la disfrutaron.
Desde entonces, Pepita entendió que el verdadero propósito de uno no siempre está en cumplir sus propios deseos, sino en hacer felices a los demás. Y así, Pepita vivió feliz sabiendo que, incluso como puré, su existencia traía alegría a los corazones de quienes la probaban.
FIN.