La historia de Micha y Rubio



Había una vez en el tranquilo barrio de San Telmo, en Buenos Aires, una gata gris llamada Micha. Micha siempre andaba de mal humor, gruñendo a los otros animales y mostrando su peor cara.

Un día, mientras paseaba por las calles empedradas, se encontró con un gato panzón llamado Rubio. -¡Hola! ¿Qué tal? -saludó Rubio con una sonrisa. -Déjame en paz, no quiero hablar contigo -respondió Micha con mal genio.

Pero Rubio no se dio por vencido y continuó acercándose a Micha, siempre con una actitud optimista. -¿Por qué siempre estás tan de mal humor? -preguntó Rubio con curiosidad. -¿A quién le importa? Déjame en paz -dijo Micha, enojada.

A pesar de la mala actitud de Micha, Rubio decidió no rendirse y siguió intentando entablar una conversación amigable. Con el tiempo, Micha comenzó a darse cuenta de que la actitud amable y positiva de Rubio era contagiosa.

Poco a poco, su mal humor empezó a desvanecerse y fue reemplazado por una sensación de alegría y tranquilidad. -¿Sabes? Creo que no me molesta tanto tu compañía después de todo -confesó Micha, sorprendida por sus propias palabras. Así, Micha y Rubio se convirtieron en grandes amigos, compartiendo aventuras y momentos felices juntos.

Micha aprendió que el mal humor no la llevaba a ningún lado, y que el valor de la amistad y la positividad podía cambiar su vida para siempre.

Desde entonces, Micha se convirtió en una gata mucho más amigable y sonriente, disfrutando de la vida junto a su fiel amigo Rubio. Y juntos, enseñaron a los demás animales del barrio que la amabilidad y la amistad siempre triunfan sobre la negatividad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!