La historia de una amistad duradera

Había una vez un señor llamado Don Manuel, a quien le encantaban los animales. Un día, mientras paseaba por el parque, vio a una hermosa tortuga en una tienda de mascotas y decidió llevársela a casa. La cuidó con mucho amor y cariño, asegurándose de que tuviera todo lo que necesitaba, como un acogedor terrario con una piscina, deliciosa comida de tortuga y un lugar cálido donde descansar. La tortuga era pequeña y ágil, así que Don Manuel decidió llamarla Agu Trot.

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Agu Trot creció feliz en su nuevo hogar y cada día se volvía más activa. Don Manuel adoraba verla moverse con tanta agilidad y alegría. Agu Trot, a su vez, disfrutaba explorando cada rincón de su terrario, saludando a su dueño con movimientos graciosos.

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Pero un día, Don Manuel notó que Agu Trot se veía un poco triste. Le habló suavemente y le preguntó qué le pasaba. Agu Trot, con movimientos lentos, le explicó que anhelaba la libertad de explorar el mundo exterior. Don Manuel entendió su deseo y decidió llevarla al parque todos los días, donde Agu Trot podía pasear por el pasto y tomar el sol.

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Con el tiempo, Agu Trot se volvió más ágil y curiosa, explorando el parque con gran entusiasmo. Durante estas salidas, conoció a otras tortugas y juntos compartieron historias y aventuras. Agu Trot se sentía libre y feliz, pero siempre anhelaba regresar con Don Manuel.

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Un día, mientras estaban en el parque, Agu Trot se encontró con una tortuga solitaria y triste. Sin dudarlo, Agu Trot se acercó y entabló una conversación. Descubrió que la tortuga había perdido a su dueño y se sentía sola. Agu Trot la invitó a unirse a su círculo de amigos y la llevó con Don Manuel, quien conmovido por la noble acción de Agu Trot, adoptó a la nueva tortuga y la llamó Amistad.

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Desde ese día, Agu Trot, Amistad y Don Manuel crearon un vínculo inseparable. Los tres paseaban juntos, compartían momentos de alegría y ternura. Agu Trot demostró que la verdadera amistad está en el gesto desinteresado de ayudar a quienes lo necesitan. Y así, juntos, fueron felices para siempre, disfrutando de la compañía y el cariño mutuo.

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