la historia del niño que quería entender por qué se divorciaron sus padres
En una pequeña casa en un barrio tranquilo vivía un niño llamado Martín. Martín era un niño curioso que siempre estaba haciendo preguntas sobre el mundo que lo rodeaba. Un día, Martín notó que sus padres discutían frecuentemente y, aunque intentaban mantenerlo oculto, él podía sentir la tristeza en el ambiente. Un día, finalmente, sus padres le dieron la noticia: se iban a divorciar. Martín no entendía qué significaba eso y por qué tenía que pasar. Decidió emprender su propia investigación para comprender la situación.
Decidió visitar a su abuela, una mujer sabia y amorosa. "Abuela, ¿por qué se divorcian papá y mamá?", preguntó Martín con tristeza en los ojos. La abuela acarició su cabello y le explicó que el amor a veces puede cambiar y que no siempre las personas pueden seguir juntas, pero que eso no significa que dejen de amarlo a él. Martín asintió, pero aún sentía que algo no encajaba.
Decidió buscar más respuestas y se dirigió al parque, donde encontró a un simpático señor llamado Don Antonio. "Señor, ¿usted sabe por qué se divorcian las personas?", preguntó Martín con curiosidad. Don Antonio, con una sonrisa gentil, le explicó que a veces las diferencias entre las personas hacen difícil continuar juntas, pero que eso no cambia el cariño entre padres e hijos. Martín agradeció al señor y siguió su camino, con más preguntas en su mente.
Mientras tanto, sus padres notaron la inquietud de Martín y decidieron sentarse con él para hablar. "Martín, entendemos que te sientas confundido y triste por nuestra decisión. Queremos que sepas que te amamos muchísimo y que el divorcio no cambia nuestro amor por ti", dijeron sus padres. Martín finalmente entendió que el amor entre padres e hijos era inquebrantable, incluso si el amor entre adultos podía cambiar.
Con el apoyo de su abuela, Don Antonio y, sobre todo, el amor incondicional de sus padres, Martín aprendió a aceptar la situación con valentía y comprensión. Aunque el divorcio de sus padres no fue fácil, Martín encontró consuelo en saber que seguía siendo amado y que el amor, en todas sus formas, era el verdadero núcleo de su familia.
FIN.