La historia que cambió todo


Había una vez un micrófono que no quería andar. Todos los días, cuando llegaba el momento de su uso, se negaba a funcionar. Los presentadores y músicos intentaban todo lo posible para hacerlo funcionar, pero nada parecía funcionar.

Un día, un pequeño niño llamado Tomás visitó el estudio donde estaba el micrófono problemático. Al verlo allí sentado, decidió acercarse y hablarle. "Hola, ¿cómo estás? ¿Por qué no quieres trabajar?" preguntó Tomás con curiosidad.

El micrófono respondió tristemente: "No sé por qué no quiero trabajar. Simplemente no puedo hacerlo". Tomás pensó en silencio durante unos minutos antes de tener una idea brillante: "¿Qué tal si te cuento una historia? Quizás eso te anime".

El micrófono aceptó la propuesta de Tomás y éste comenzó a contar una historia sobre un pequeño árbol que crecía en medio del bosque.

A pesar de las dificultades y obstáculos que enfrentaba cada día, el árbol seguía luchando por sobrevivir y crecer fuerte. A medida que la historia progresaba, el micrófono comenzó a sentirse más animado y emocionado.

Finalmente, cuando la historia terminó, algo mágico sucedió: El micrófono empezó a sonar! Los presentadores del estudio quedaron perplejos al ver al micrófono funcionando perfectamente después de tanto tiempo sin poder usarlo. Pero Tomás sabía exactamente lo que había pasado. "¡Lo lograste! ¡Escuchaste mi historia e hiciste tu trabajo!" exclamó Tomás mientras abrazaba al micrófono.

Desde ese día en adelante, el micrófono nunca volvió a tener problemas para trabajar. Y siempre que se sentía triste o desanimado, recordaba la historia del pequeño árbol y encontraba la fuerza para seguir adelante.

La moraleja de esta historia es que a veces todo lo que necesitamos es un poco de inspiración y motivación para superar nuestros obstáculos. Y también nos enseña que todos podemos hacer una diferencia, incluso los más pequeños como Tomás.

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