La Hormiguita Espacial
Había una vez una hormiguita llamada Timi que soñaba con explorar el vasto y misterioso espacio. Toda su vida había vivido en una pequeña colmena bajo la tierra, pero cada vez que miraba al cielo estrellado desde la entrada de su hogar, su corazón se llenaba de deseo por descubrir qué había más allá.
Un día, mientras paseaba por la colmena, Timi escuchó hablar a dos mariposas sobre un cohete hecho por un grupo de animales del bosque que planeaban lanzarse al espacio.
"¿Espacio? ¿De verdad hay un cohete?" - preguntó Timi con ojos enormes.
"Sí, y piensan ir muy lejos, a la luna y más allá!" - respondió una de las mariposas emocionada.
A partir de ese momento, Timi decidió que debía ser parte de esa aventura. Sin pensarlo dos veces, subió una hoja para anunciar su intención a sus amigos.
"¡Amigos! ¡Voy a ir al espacio!" - gritó Timi.
Todos se quedaron en silencio.
"Pero sos una hormiguita. El espacio es peligroso para vos" - dijo su mejor amiga, Lina la luciérnaga.
"Claro que puedo, solo necesito construir una nave pequeña para mí" - dijo Timi con determinación.
Con la ayuda de sus amigos, Timi comenzó la tarea. Juntaron ramitas, hojas, y un caparazón de nuez gigante que encontraron en el bosque. Timi trabajaba día y noche, con sus amigos siempre a su lado.
Finalmente, después de semanas de esfuerzo, la pequeña nave estaba lista. Timi se subió dentro y puso su casco hecho de una pequeña cáscara de semilla.
"¡Estoy lista!" - gritó Timi.
Los animales del bosque se reunieron para despedirla.
"¡Timi, no te olvides de nosotros!" - le gritaron las mariposas.
"¡Nunca! Siempre llevaré sus recuerdos conmigo!" - respondió Timi, mientras el cohete comenzaba a despegar.
El lanzamiento fue un éxito, y en cuestión de minutos, Timi se encontraba surcando el espacio. Vio estrellas brillar más allá de sus sueños, y se maravilló con los colores de los planetas.
Pero pronto, las cosas comenzaron a complicarse. Timi notó que el combustible de su nave se estaba agotando.
"¡Oh no! ¿Qué voy a hacer ahora?" - pensó mientras miraba por la ventanilla.
Justo en ese momento, un grupo de estrellas fugaces pasaron volando.
"¿Dónde vas, pequeña hormiga?" - le preguntó una estrella.
"¡Ayuda! Estoy perdida y sin combustible!" - respondió Timi.
"No te preocupes. Puedes usar nuestra luz para impulsarte. Solo sigue nuestro brillo y llegarás a casa" - le dijeron las estrellas.
Siguiendo la luz de las estrellas fugaces, Timi, llena de valentía, navegó entre asteroides y cometas, hasta que encontró su camino de regreso a su colmena. Al aterrizar, todos sus amigos la recibieron con alegría.
"¡Lo lograste! ¡Estabas en el espacio!" - exclamó Lina, brillando con orgullo.
"Sí, y aprendí que lo importante no es solo llegar lejos, sino también volver y compartir las aventuras" - respondió Timi con una sonrisa.
Desde entonces, cada noche, Timi miraba las estrellas desde la entrada de su colmena, recordando su increíble aventura espacial y enseñando a sus amigos sobre valentía y la importancia de seguir sus sueños, sin importar cuán pequeños parezcan. Y así, la hormiguita Timi se convirtió en la primera viajera del espacio entre los insectos, inspirando a otros a seguir sus propias aventuras.
Y colorín colorado, esta aventura ha terminado.
FIN.