La Hormiguita Viajera
En un pequeño y alegre hormiguero, vivía una curiosa hormiguita llamada Lía. Desde muy chiquita, Lía siempre miraba hacia el horizonte y soñaba con el gran mundo que había más allá de sus túneles y caminos de tierra. Un día, mientras sus compañeras hormigas trabajaban en la recolección de hojas, Lía decidió que era hora de aventurarse y descubrir lo desconocido.
"¿A dónde vas, Lía?" - preguntó su amiga Rita, mirando con sorpresa.
"Voy a explorar el mundo más allá de nuestro hormiguero. Hay tanto por ver y aprender, ¡no puedo quedarme aquí para siempre!" - respondió Lía con entusiasmo.
Rita se quedó pensando, pero no quiso seguirla. Lía se despidió y comenzó su viaje. Caminó hacia el prado, donde florecían hermosas flores de colores vivos. Allí conoció a una mariposa llamada Bella.
"¡Hola, pequeña hormiguita! ¿Qué haces por aquí?" - preguntó Bella, revoloteando en el aire.
"Voy a explorar el mundo. Quiero conocer todos los lugares y aprender cosas nuevas" - dijo Lía, con los ojos brillantes.
"¡Eso suena maravilloso!" - respondió Bella. "Puedo mostrarte el Jardín Mágico, donde las flores cantan y el viento susurra secretos."
Lía, emocionada, siguió a Bella, quien la llevó a un rincón del prado que nunca había visto. En el Jardín Mágico, las flores realmente cantaban dulces melodías y el aire estaba lleno de risas de otros insectos.
Sin embargo, mientras exploraban, un fuerte viento comenzó a soplar, y Lía se dio cuenta que había perdido el rumbo de regreso a su hormiguero.
"¡Oh no!" - exclamó Lía, asustada. "No sé cómo volver."
"No te preocupes, yo te ayudaré. Pero primero, tenemos que preguntarle al sabio búho sobre el camino" - sugirió Bella.
Así que juntas, fueron a buscar al búho. Cuando lo encontraron, él estaba dormido sobre una rama.
"¿Búho, por favor, despierta!" - dijo Lía, sacudiendo su patita.
El búho, con sueño, abrió un ojo.
"¿Quién interrumpe mi siesta?" - preguntó con voz grave.
"Soy Lía, una hormiguita viajera. He perdido mi camino de regreso a casa y necesito ayuda" - explicó Lía, un poco nerviosa.
"Podrías haberlo pensado antes de salir a la aventura" - dijo el búho con una sonrisa. "Pero no te preocupes, aquí está lo que debes hacer: vuelve a la entrada del Jardín Mágico, y sigue el camino de pétalos rosas. Te llevarán de regreso a tu hormiguero."
Lía se sintió aliviada pero también un poco triste porque el jardín era un lugar tan hermoso.
"Gracias, sabio búho. Pero antes de irme, quiero aprovechar este momento. ¿Podemos hacer una última canción con las flores?" - preguntó.
"¡Claro!" - exclamó Bella.
Y así, todas las flores del Jardín Mágico comenzaron a cantar, mientras Lía, Bella y el búho bailaban al ritmo de la música. Fue una despedida encantadora y Lía prometió volver en otra ocasión.
Después de celebrar, Lía decidió que era hora de regresar. Siguió el camino de pétalos rosas, y al poco tiempo, se encontró de nuevo frente a su hormiguero. Sus amigas la estaban esperando, preocupadas.
"¡Lía! ¡Te creímos perdida!" - dijo Rita, corriendo hacia ella.
"Estuve en el Jardín Mágico, conocí a Bella y al búho sabio. Aprendí que es bueno explorar, pero nunca debemos olvidar el camino de regreso a casa" - explicó Lía con una sonrisa.
Desde ese día, Lía siguió soñando con nuevas aventuras, pero siempre asegurándose de conocer el camino para volver a su hormiguero, donde sus amigas la esperaban con amor y alegría. Así, la hormiguita viajera se convirtió en la narradora de historias, inspirando a otras hormiguitas a explorar el mundo, pero siempre recordando la importancia de la amistad y la seguridad.
Y así terminó la aventura de Lía, la hormiguita viajera, que aprendió que el mundo es vasto y maravilloso, pero el verdadero hogar siempre está en el corazón.
FIN.