La huerta de los niños y las hormigas negras




En un hermoso pueblo, había una huerta encantadora donde un grupo de niños cuidaba con amor de las plantas y frutas. Un día, descubrieron que un ejército de hormigas negras estaba destrozando su querida huerta. Los niños estaban preocupados y tristes por ver cómo las hormigas arruinaban su trabajo duro. No sabían qué hacer.

- ¡Qué desastre! ¡Las hormigas están arruinando toda nuestra huerta! -exclamó Tomás, el niño más grande del grupo.

- Tranquilízate, Tomás. Seguro que encontramos una solución si pensamos con calma -dijo Ana, la niña más astuta del grupo. Los niños se sentaron en círculo y comenzaron a pensar en una solución. De repente, a uno de ellos se le ocurrió algo brillante.

- ¡Ya sé! ¿Y si construimos pequeñas barreras alrededor de nuestras plantas para evitar que las hormigas las alcancen? -propuso Martín, el niño más creativo.

Los demás niños aplaudieron la idea y se pusieron manos a la obra. Utilizaron palitos y barro para construir las barreras alrededor de cada planta. Al día siguiente, las hormigas negras llegaron a la huerta, pero esta vez se encontraron con las barreras. No pudieron cruzarlas y, poco a poco, se alejaron buscando comida en otro lugar. Los niños se abrazaron emocionados al ver que su solución funcionaba. Desde ese día, continuaron cuidando su huerta con amor y creatividad, enfrentando juntos cada desafío que se les presentaba. La huerta floreció más hermosa que nunca, gracias a la valentía y el ingenio de los niños.

FIN.

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