La importancia del ciclo del agua
En un hermoso bosque, vivía una gotita de agua llamada Loli. Loli era muy curiosa y siempre estaba en busca de aventuras. Un día, mientras jugaba con sus amigas las nubes, escuchó hablar sobre el ciclo del agua.
- ¿Qué es el ciclo del agua? -preguntó Loli con mucha curiosidad.
Las nubes le explicaron que el ciclo del agua era un proceso en el que el agua se evaporaba de los océanos y ríos para formar nubes en el cielo, luego caía en forma de lluvia o nieve y volvía a empezar. Loli quedó fascinada con esta historia y decidió emprender un viaje para experimentar por sí misma cómo era ser parte del ciclo del agua.
Así que una mañana, cuando salió el sol, se elevó hacia el cielo y se convirtió en una pequeña nube. - ¡Estoy volando! -exclamaba emocionada Loli mientras flotaba entre las demás nubes.
Pero pronto llegó la hora de volver a la Tierra. La nube donde se encontraba Loli comenzó a enfriarse y ella sintió cómo poco a poco se transformaba en una gota de lluvia.
Con un grito de emoción, empezó a caer hacia abajo junto a otras gotitas que formaban una tormenta. - ¡Qué divertido es ser parte de la lluvia! -gritaba Loli mientras descendía rápidamente hacia la Tierra. Finalmente, Loli llegó al suelo y se infiltró en la tierra para convertirse en parte de un arroyo.
Allí experimentó cómo fluir libremente junto al resto del agua hasta llegar finalmente a un lago cercano. - ¡Esto es increíble! Soy parte del ciclo del agua -se dijo emocionada Loli mientras disfrutaba cada momento de su viaje.
Pero la aventura no había terminado aún. Un día caluroso, el sol brillaba intensamente sobre el lago y Loli sintió cómo poco a poco se evaporaba para volver al cielo como vapor de agua.
Una vez más, estaba lista para comenzar su viaje como una pequeña nube en el cielo. - ¡Qué maravilloso es ser parte del ciclo del agua! -exclamaba feliz Loli mientras ascendía nuevamente hacia las alturas.
Y así, cada vez que llovía o nevaba, Loli estaba allí presente como una pequeña gotita más dentro del gran ciclo del agua. Aprendió que aunque su tamaño fuera diminuto comparado con todo lo demás en la naturaleza, su papel era fundamental para mantener vivo este maravilloso proceso natural.
Desde entonces, cada vez que veía caer la lluvia desde arriba o contemplaba un hermoso arcoíris después de una tormenta, recordaba con cariño todas las aventuras vividas como parte del ciclo del agua.
Y aunque pareciera solo una simple gotita más entre tantas otras, sabía que su presencia tenía un significado especial dentro de ese eterno vaivén entre los océanos, los ríos y los cielos.
FIN.