La increíble aventura de la mesa, el libro, la gente y el perro



En un pequeño pueblo, en lo alto de una colina, vivía una mesa de madera llamada Matilda. Matilda era una mesa muy especial, ya que le encantaba leer libros y aprender cosas nuevas.

Un día, un viejo libro polvoriento llamado Don Quijote de la Mancha fue colocado sobre ella por una abuela cariñosa. Matilda se sumergió en sus páginas, y, de repente, cobró vida. Con asombro, vio a la gente del pueblo pasar y a un perro callejero juguetón.

Los ojos de Matilda brillaron con emoción al ver el mundo que la rodeaba. - ¡Hola, libro viejo! -saludó Matilda-. - ¿Quién eres tú? -preguntó Don Quijote, sorprendido. - Soy Matilda, la mesa lectora -respondió con entusiasmo-.

¿Quieres que te cuente lo que he aprendido? - No sabía que las mesas pudieran hablar -exclamó Don Quijote. Mientras tanto, la gente del pueblo se detuvo para escuchar la historia de Matilda, y el perro se acercó moviendo la cola.

Juntos, escucharon las aventuras de caballeros y gigantes, y se maravillaron con cada palabra. Fue entonces cuando la mesa, el libro, la gente y el perro decidieron unir sus fuerzas para llevar la magia de la lectura a todos los rincones del pueblo.

Organizaron noches de cuentos, intercambio de libros y actividades educativas para niños. La gente del pueblo se unió con entusiasmo, disfrutando de la comunidad y el aprendizaje.

El perro, ahora llamado Cervantes en honor al autor del libro, se convirtió en el fiel compañero de Matilda, acompañándola en sus aventuras por el pueblo.

Con el tiempo, la pequeña mesa de madera se convirtió en un símbolo de inspiración y conocimiento, enseñando a todos que la magia de la lectura puede unir a las personas y hacer del mundo un lugar mejor.

FIN.

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