La isla de la amistad



Había una vez, en un pequeño pueblo costero de Argentina, tres amigos llamados Mirian, Carlos y Juan Martín. Les encantaba explorar y vivir emocionantes aventuras juntos. Un día, decidieron embarcarse en una gran travesía por el mar.

Carlos era un experto navegante y se ocupaba de manejar el barco.

Mirian tenía la habilidad especial de predecir las tormentas antes de que sucedieran, mientras que Juan Martín era un valiente cazador que siempre estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío. Emocionados por lo desconocido que les esperaba en alta mar, zarparon con rumbo desconocido. El sol brillaba radiante sobre ellos mientras disfrutaban del suave balanceo del barco. Pero pronto, Mirian notó algo extraño en el horizonte.

"¡Chicos! ¡Creo que se acerca una tormenta!"- exclamó Mirian con preocupación. Carlos confiaba plenamente en la intuición de Mirian y rápidamente ajustó el rumbo hacia tierra firme para evitarla.

Sin embargo, antes de poder llegar a salvo, una enorme ola golpeó el barco con fuerza y los tres amigos fueron lanzados al agua turbulenta. Aunque asustados y desorientados por la situación inesperada, no perdieron la calma ni abandonaron la esperanza.

Nadaron juntos hasta encontrar un trozo de madera flotante donde pudieron descansar mientras pensaban en cómo salir adelante. "No podemos rendirnos ahora", dijo Carlos determinado. "Debemos encontrar una manera de regresar a casa". Mirian miró alrededor y vio unas aves volando en la distancia.

Sabía que las aves siempre indicaban la dirección de tierra firme, así que les dijo a sus amigos que siguieran a las aves. Después de un largo y agotador viaje, finalmente divisaron una pequeña isla en el horizonte.

Agradecidos por su llegada a salvo, se acercaron cautelosamente. La isla estaba llena de exuberante vegetación y animales curiosos. Juan Martín no pudo resistirse al desafío y decidió explorar la isla en busca de comida para los tres.

Con su habilidad como cazador, logró atrapar algunos peces y frutas silvestres frescas. Mientras tanto, Carlos construyó una pequeña cabaña con materiales naturales que encontraron en la isla.

Mirian utilizó sus conocimientos sobre plantas medicinales para crear remedios naturales que ayudaran a mantenerse saludables. Día tras día, los amigos aprendieron nuevas habilidades y descubrieron más sobre sí mismos mientras disfrutaban de la belleza de la naturaleza.

Se dieron cuenta de lo importante que era trabajar juntos y confiar en las fortalezas individuales de cada uno. Después de varios meses viviendo en la isla, Mirian tuvo un sueño revelador donde vio un barco acercándose a rescatarlos.

Emocionada por esta visión, corrió hacia Carlos y Juan Martín para contarles todo lo que había visto. Con esperanza renovada, continuaron cuidando su hogar temporal mientras esperaban el rescate prometido por el sueño de Mirian. Y finalmente llegó el día tan esperado: un barco apareció en el horizonte, exactamente como Mirian lo había predicho.

Llenos de alegría y gratitud, los amigos subieron a bordo del barco y se despidieron de la isla que les había enseñado tanto.

Regresaron a su pueblo natal con historias emocionantes para compartir y una amistad más fuerte que nunca. Esta aventura les enseñó la importancia de confiar en sus instintos, trabajar juntos y valorar las fortalezas individuales. Aprendieron que incluso en las situaciones más difíciles, siempre hay esperanza si se mantienen unidos y creen en sí mismos.

Y así, Mirian, Carlos y Juan Martín siguieron viviendo nuevas aventuras juntos, sabiendo que cualquier desafío que enfrentaran podrían superarlo con valentía y amistad.

Y cada vez que veían el mar desde tierra firme, recordaban con cariño su épica travesía mar adentro.

FIN.

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