La Isla del Bosque Encantado



Érase una vez, en un rincón lejano del mundo, una isla secreta rodeada de aguas cristalinas. En su interior, había un bosque encantado repleto de árboles gigantes, flores de colores brillantes y animales que hablaban. Cada primavera, las criaturas del bosque se reunían para celebrar el Festival de la Amistad. Pero este año, algo misterioso estaba por suceder.

Un día, mientras las criaturas preparaban el festival, un pequeño zorro llamado Lucho decidió aventurarse un poco más allá de lo habitual. "Voy a encontrar el lugar más hermoso del bosque para llevarles una sorpresa a mis amigos"-, pensó. Con su pelaje de un naranja brillante, se adentró en el bosque sin imaginar lo que estaba por descubrir.

Después de caminar un rato, Lucho se encontró frente a un claro, donde un árbol antiguo con raíces enredadas y hojas doradas brillaba bajo el sol. "¡Qué hermoso!"-, exclamó, acercándose al árbol. Cuando tocó su tronco, una voz suave emergió de su interior.

"Hola, pequeño zorro. Soy el Guardián del Bosque. Este árbol es mágico y guarda una poción especial que puede conceder un deseo. Pero ten cuidado, ya que no todos tienen intenciones puras".-

Intrigado, Lucho le preguntó: "¿Qué tipo de deseos puede conceder esta poción?"-

"Aquel que la consuma debe ser sincero en su deseo, pues si no, podría enfrentar peligros inesperados"-, respondió el Guardián.

Lucho, entusiasmado, decidió que quería tener el deseo de hacer a todos sus amigos del bosque más felices. Sin embargo, al regresar, se encontró con un viejo rival, la serpiente Silvana, que escuchó todo. Silvana había deseado ser la reina del bosque y ansía la poción para lograrlo. "Yo también quiero esa poción"-, siseó ella, con una mirada astuta. "¿Por qué no unimos fuerzas, Lucho?"-

Sintiéndose inseguro pero intrigado, Lucho dudó. "Podemos hacer algo juntos, pero debemos ser honestos entre nosotros"-, respondió.

Silvana sonrió, pero en su interior, tramaba un plan. Al llegar al lugar donde el Guardián los esperaba, Silvana se adelantó. "Queremos la poción, Guardián"-, dijo, convencida de que podría engañar. Lucho sintió que algo no estaba bien, pero no quería pelear.

El Guardián, con su sabiduría, observó y habló: "Para obtener la poción, deben demostrar su honestidad. Silvana, debes decir tu verdadero deseo"-

Silvana, nerviosa, vaciló y finalmente dijo: "Quiero ser la reina del bosque, y que todos me sigan"-. Lucho lo escuchó, y en su corazón, sabía que no podía permitir que Silvana tuviera la poción para fines egoístas.

"¡Espera!"-, gritó Lucho. "Yo deseo que todos sean felices y que tengamos un bosque unido. Silvana no debería tener la poción si solo quiere poder".-

El Guardián sonrió. "Has demostrado tu valentía y bondad, Lucho. El deseo más puro es el que más importa"-. Al alzar su mano, creó un destello de luz que envolvió a Lucho y las criaturas del bosque. "La verdadera felicidad proviene de ayudar a los demás"-.

De repente, todos comenzaron a sentir una calidez en sus corazones. Silvana vio cómo la alegría se propagaba. Comprendió que no necesitaba ser reina para ser feliz. "Tal vez no necesite la poción"-, murmuró con resignación.

Lucho dio un paso al frente. "Podemos trabajar juntos para hacer de este bosque un lugar mejor. ¿Te gustaría unirte a nosotros en el Festival de la Amistad?"- Silvana, sorprendida, asintió con la cabeza.

Para el Festival, todos se unieron, y la alegría llenó el aire. Silvana, Lucho y los demás celebraron, comprendiendo que la verdadera amistad y la aceptación son mucho más poderosas que cualquier deseo egoísta. El Festival de la Amistad se convirtió en un éxito, uniendo a todos los habitantes del bosque.

Así, la isla secreta y el bosque encantado, que eran un lugar de misterio y magia, se convirtieron también en un hogar de amistad y colaboración. Y desde entonces, cada primavera, se celebra el festival no solo con alegría, sino con la lección de que los deseos sinceros se hacen realidad cuando se comparten con otros.

FIN.

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