La isla musical
Había una vez una niña llamada Lucía, que siempre soñaba con aventuras y lugares lejanos. Un día, mientras jugaba en su jardín, encontró un misterioso mapa escondido debajo de una roca.
El mapa mostraba una isla desconocida y estaba lleno de tesoros por descubrir. Lucía no podía creer su suerte. Decidió emprender la emocionante búsqueda del tesoro en la isla.
Empacó algunas cosas importantes, como agua, comida y una linterna, y se dirigió al puerto para buscar un barco que la llevara a su destino. Después de mucho buscar, Lucía encontró un viejo pescador llamado Don Manuel que estaba dispuesto a llevarla a la isla. Juntos zarparon hacia lo desconocido.
Al llegar a la isla, Lucía se dio cuenta de que era un lugar muy especial. Estaba llena de árboles exóticos, flores coloridas y animales curiosos. Pero también había algo extraño: todos los habitantes eran silenciosos y tristes.
Lucía decidió hablar con uno de ellos para saber qué pasaba.
Se acercó a un anciano sentado bajo un árbol y le preguntó:- Disculpe señor, ¿por qué todos están tan tristes aquí? El anciano suspiró profundamente antes de responder:- Hace muchos años perdimos nuestra música. Antes solíamos cantar y bailar todo el tiempo, pero ahora hemos olvidado cómo hacerlo. Lucía se sintió muy triste al escuchar eso. Sabía lo importante que era la música en su vida y quería ayudarlos a recuperarla.
Recordó que había llevado su flauta consigo y decidió tocar una melodía. Al escuchar el dulce sonido de la flauta, los habitantes de la isla comenzaron a reunirse alrededor de Lucía.
Sus caras tristes se iluminaron con una chispa de alegría mientras escuchaban la música. Lucía se dio cuenta de que ella tenía el poder de devolverles la felicidad a través de la música. Decidió enseñarles a todos cómo tocar diferentes instrumentos y formar una orquesta.
Con el tiempo, la isla volvió a estar llena de risas y canciones. Los habitantes aprendieron a disfrutar nuevamente de la música y encontraron en ella una forma especial de expresarse.
Lucía se convirtió en una heroína para todos en la isla. Fue reconocida por haberlos salvado del olvido y devuelto su alegría perdida. Después de pasar un tiempo maravilloso en la isla, Lucía decidió regresar a casa con su familia.
Pero prometió volver cada año para seguir tocando música junto a sus amigos en esa mágica isla. Y así fue como Lucía descubrió que incluso los lugares más lejanos pueden necesitar un poco de música para encontrar su felicidad perdida.
Desde aquel día, nunca dejó de soñar con nuevas aventuras y siempre llevaba consigo su flauta, lista para compartir su melodiosa magia con el mundo.
FIN.