La Jirafa Mágica
Había una vez, en la selva africana, una jirafa llamada Jirafita. A diferencia de las demás jirafas, ella era muy pequeña y siempre se sentía triste porque no podía hacer las mismas cosas que los demás animales.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Jirafita encontró un cachorrito abandonado. Sin pensarlo dos veces, decidió adoptarlo y cuidarlo como si fuera su propio hijo. El cachorrito era muy juguetón y lleno de energía.
Un buen día, mientras jugaban cerca del río, algo increíble sucedió. El agua del río comenzó a brillar intensamente y una pantera negra emergió de sus profundidades. La pantera hablaba con una voz suave pero firme.
"Jirafita y cachorrito, he venido a ayudarlos", dijo la pantera con amabilidad. Jirafita estaba asombrada al ver a la pantera hablar y preguntó: "¿Cómo puedes ayudarnos?"La pantera sonrió y respondió: "Soy un ser mágico capaz de transformarte en lo que desees".
Jirafita no podía creer lo que estaba escuchando. Si pudiera transformarse en otro animal más ágil o más fuerte, podría hacer todas las cosas que siempre deseó hacer. Sin embargo, la pantera advirtió: "Tienes que tener mucho cuidado con lo que eliges ser.
No debes olvidar quién eres realmente". Después de pensarlo detenidamente, Jirafita tomó una decisión valiente. Dijo: "Quiero ser un leopardo veloz para poder correr y jugar como los demás animales".
La pantera asintió y con un toque de su pata mágica, Jirafita se transformó en una hermosa leopardo. Ahora podía correr tan rápido como el viento y saltar de árbol en árbol.
Jirafita estaba emocionada por su nueva apariencia, pero pronto se dio cuenta de que no podía alcanzar las hojas más altas ni ver tan lejos como antes. Se sentía atrapada en el cuerpo del leopardo. "Pantera, necesito volver a ser jirafa", dijo Jirafita con tristeza. La pantera entendió y la transformó nuevamente en jirafa.
Jirafita se sintió aliviada de volver a ser ella misma y aprendió una valiosa lección: no importa cuán diferentes seamos, siempre debemos aceptarnos tal como somos.
A partir de ese día, Jirafita decidió abrazar su singularidad y encontrar sus propias fortalezas. Descubrió que era única porque podía alcanzar las hojas más altas y tener una vista privilegiada del paisaje. Con el tiempo, Jirafita enseñó a cachorrito sobre la importancia de amarse uno mismo y valorar nuestras diferencias.
Ambos se convirtieron en grandes amigos que inspiraron a otros animales a aceptarse tal como eran.
Y así, Jirafita demostró que no importaba cuánto pudiera cambiar o qué forma pudiera tomar; lo importante era ser fiel a sí misma y amarse sin importar qué. Desde aquel día, todos los animales de la selva aprendieron una gran lección de Jirafita y cachorrito: la verdadera belleza radica en ser uno mismo. Y así, vivieron felices y orgullosos de su singularidad. .
FIN.