La Laguna de Beni y el Narrador


Beni y yo nos miramos emocionados, sabíamos que esa idea podría ser una gran aventura. Así que sin pensarlo dos veces, comenzamos a planear cómo podríamos hacerlo.

- ¿Y si construimos un dique para desviar el agua del arroyo hacia el pozo? - propuse. - ¡Sí! Y luego podemos excavar un poco en la tierra para crear la laguna - dijo Beni entusiasmado. Así comenzó nuestra aventura.

Con palas y baldes en mano, empezamos a cavar en la tierra para crear la laguna mientras construíamos el dique para desviar el agua del arroyo. Fue un trabajo duro pero divertido al mismo tiempo.

Día tras día trabajábamos sin descanso hasta que finalmente logramos nuestro objetivo: una hermosa laguna con aguas cristalinas alimentadas por el arroyo. Estábamos tan felices de haber logrado algo tan grande juntos. Pero pronto nos dimos cuenta de algo importante: las mojarritas necesitaban un hogar seguro donde pudieran vivir y crecer.

Así que decidimos llenar la laguna con plantas acuáticas y piedras para crear un ambiente más natural para ellas.

Con el tiempo, nuestra pequeña laguna se convirtió en un santuario natural donde los animales podían beber agua fresca y las plantas podían crecer sanamente gracias a su riego constante. Incluso otros niños del vecindario vinieron a visitarnos y aprendieron sobre la importancia de cuidar nuestros recursos naturales.

Beni y yo aprendimos mucho durante esta aventura: que trabajar juntos puede lograr grandes cosas, que debemos cuidar y proteger el medio ambiente y que nunca debemos subestimar nuestras ideas, por más locas que parezcan. Así que si alguna vez te encuentras con una gran idea como la nuestra, no dudes en perseguirla.

Quién sabe, tal vez puedas crear algo hermoso y valioso para todos.

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