La Lámpara Mágica
Thomas y Brianna eran dos amigos inseparables que siempre buscaban aventuras juntos. Un día, decidieron salir de paseo al bosque cercano a la ciudad. - ¡Qué emocionante! -exclamó Thomas-. Nunca he estado en el bosque antes.
- Yo tampoco -respondió Brianna-, pero he oído que es un lugar mágico lleno de sorpresas. Los dos amigos caminaron por el sendero entre los árboles altos y frondosos, escuchando el canto de los pájaros y oliendo los aromas frescos del bosque.
De repente, vieron una pequeña cabaña en medio del camino. - ¿Habrá alguien viviendo allí? -preguntó Thomas con curiosidad. - No lo sé -dijo Brianna-, pero podemos acercarnos para ver si hay alguien adentro.
Cuando llegaron a la puerta de la cabaña, tocaron tímidamente. No hubo respuesta. Entonces, decidieron entrar para explorar. Dentro de la cabaña había muebles antiguos y polvorientos.
Pero algo llamó su atención: una vieja lámpara de aceite brillante en una mesa cerca de la ventana. - ¡Mira esta lámpara! -exclamó Thomas-. Parece muy valiosa y antigua. Brianna se acercó para verla mejor, cuando accidentalmente frotó un costado de la lámpara con su mano.
De repente, salió un humo espeso que envolvió todo el ambiente. Los dos amigos comenzaron a toser y cubrirse las bocas con sus manos mientras intentaban salir corriendo de la cabaña. Cuando salieron, se dieron cuenta que algo extraño había sucedido.
Ya no estaban en el bosque sino en un lugar desconocido para ellos. Era una especie de ciudad antigua con edificios altos y calles llenas de gente. - ¿Dónde estamos? -preguntó Brianna asustada.
- No lo sé, pero parece que hemos viajado en el tiempo a una época muy diferente -respondió Thomas. Los dos amigos comenzaron a caminar por las calles, explorando esta nueva ciudad y descubriendo cosas sorprendentes.
Vieron vendedores ambulantes con trajes extraños, caballos tirando carros llenos de mercancías y niños jugando con pelotas hechas de trapos. Mientras caminaban, se encontraron con un anciano sabio que les habló sobre la historia del lugar donde se encontraban.
Les contó sobre las guerras antiguas entre reyes y reinas, los inventos revolucionarios que cambiaron el mundo y las grandes obras arquitectónicas construidas por hombres valientes. Thomas y Brianna escucharon atentamente todas las historias del anciano sabio mientras seguían explorando esa nueva ciudad fascinante.
Al final del día, cuando llegó la hora de regresar a casa, los dos amigos prometieron seguir buscando aventuras juntos y aprendiendo cosas nuevas cada día.
Y así fue como Thomas y Brianna descubrieron que viajar en el tiempo puede ser emocionante e inspirador si tienes un buen amigo al lado para compartirlo todo.
FIN.