La lección congelada de Tito



Había una vez en un bosque encantado, un duende llamado Tito que vivía en una pequeña casa de setas. Tito era conocido por su amabilidad y generosidad con todos los seres mágicos que habitaban el bosque.

Un día, mientras Tito estaba reagarrando bayas para preparar su famoso jugo de arándanos, escuchó ruidos extraños provenientes de su casa. Intrigado, el duende se acercó sigilosamente y descubrió a un ladrón intentando robar sus tesoros mágicos.

El ladrón, al ver a Tito, intentó huir pero el duende con un gesto de su mano lo detuvo en seco. "¡Detente ahí! ¿Qué crees que estás haciendo?", exclamó Tito con voz firme.

El ladrón temblaba de miedo al darse cuenta de que había sido descubierto por un poderoso duende. Intentó disculparse balbuceando excusas, pero Tito no iba a dejarlo ir tan fácilmente. "Has invadido mi hogar y has intentado robarme. Eso no tiene perdón", dijo Tito con severidad.

El duende decidió darle una lección al ladrón para que aprendiera la importancia del respeto y la honestidad. Con un movimiento de sus manos, Tito invocó sus poderes mágicos y envolvió al ladrón en una capa de hielo.

El ladrón quedó inmóvil, congelado por completo. Aunque asustado, todavía podía escuchar las palabras sabias del duende. "La codicia nunca trae nada bueno.

Es importante valorar lo que tenemos y no tratar de obtener cosas a costa de los demás", expresó Tito con calma. El tiempo pasaba y el ladrón seguía atrapado en hielo, reflexionando sobre sus acciones y lamentando haberse dejado llevar por la ambición desmedida.

Finalmente, después de lo que parecieron horas interminables para él, el hielo comenzó a derretirse lentamente hasta liberarlo por completo. El ladrón se levantó tembloroso y miró agradecido a Tito por darle una segunda oportunidad. Prometió cambiar su forma de actuar y ser una persona mejor a partir de ese momento.

Tito sonrió satisfecho al ver la transformación del ladrón y le tendió la mano en señal de amistad.

"Recuerda siempre: la verdadera riqueza está en el corazón", dijo el duende antes de despedirse del ladrón quien partió del bosque convertido en otra persona gracias a la lección aprendida junto al bondadoso duende Tito.

FIN.

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