La lección de Alegría


En un hermoso día soleado, en el Parque de la Alegría, se podía escuchar el sonido de los niños riendo y jugando. Había dos grupos de chicos: uno jugaba al fútbol y el otro al básquetbol.

En medio de todo ese bullicio, se encontraba Alegría, una niña muy especial que irradiaba felicidad a su alrededor. Alegría era una niña alegre y extrovertida a la que le encantaba jugar con todos los niños del parque.

Siempre tenía una sonrisa en su rostro y contagiaba su alegría a quienes estaban cerca de ella. Los niños la adoraban y siempre querían tenerla en su equipo.

Un día, mientras Alegría estaba observando cómo los chicos jugaban al fútbol, se acercó un niño llamado Tomás. Era un poco tímido y no solía participar mucho en los juegos. Se quedaba siempre en un rincón mirando cómo los demás se divertían.

"Hola Tomás, ¿por qué no te unes a nosotros? ¡Vamos a jugar juntos! ," dijo Alegría con entusiasmo. Tomás dudó por un momento, pero finalmente aceptó la invitación de Alegría. Se integró al juego y descubrió lo divertido que era jugar con sus compañeros.

Desde ese día, Tomás empezó a participar más activamente en las actividades del parque y se volvió más sociable gracias a la amistad de Alegría. Mientras tanto, en la cancha de básquetbol, había otro niño llamado Pedro que siempre quería ganar a toda costa.

No le importaba si sus amigos se sentían mal por perder; él solo pensaba en ser el mejor jugador. Un día, durante un partido muy reñido, Pedro empujó sin querer a uno de sus compañeros para anotar un punto.

Todos los demás niños se molestaron con él y dejaron de jugar. "¡Pedro! ¡No es así como se juega! El deporte es para divertirse y compartir momentos especiales con nuestros amigos," le dijo Alegría con firmeza.

Pedro reflexionó sobre sus acciones y comprendió que lo importante no era ganar a toda costa, sino disfrutar del juego junto a sus amigos.

A partir de ese momento, Pedro cambió su actitud y empezó a valorar más la amistad que la competencia. Con el tiempo, todos los niños aprendieron importantes lecciones gracias a las enseñanzas de Alegría: la importancia de la amistad, el trabajo en equipo y sobre todo, disfrutar cada momento como si fuera único.

Y así fue como en el Parque de la Alegría todos vivieron felices para siempre, compartiendo risas e inolvidables aventuras bajo el cálido sol del verano.

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