La lección de Caperucita Roja


Había una vez una chica llamada Sofía que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. Siempre llevaba puesta su caperuza roja, por eso todos la conocían como Chica con Caperuza Rojo.

Un día, la mamá de Sofía le pidió que llevara una canasta llena de comida a su abuelita, que vivía al otro lado del bosque. La mamá de Sofía le advirtió: "Chica con Caperuza Rojo, ten mucho cuidado y no te desvíes del camino".

Sofía asintió y se adentró en el bosque con su canasta llena de comida. Mientras caminaba entre los árboles, comenzó a escuchar ruidos extraños. De repente, apareció un zorro muy astuto llamado Zorrito.

"Hola Chica con Caperuza Rojo", dijo Zorrito sonriendo maliciosamente. "¿A dónde vas tan solita?"Sofía miró al zorro con cautela y respondió: "Voy a llevarle comida a mi abuelita". Zorrito frunció el ceño y pensó en cómo podría aprovecharse de esa situación.

Entonces tuvo una idea. "Sabes qué, Chica con Caperuza Rojo", dijo Zorrito entusiasmado. "Yo sé un camino más corto para llegar hasta la casa de tu abuelita".

Sofía dudó por un momento, pero decidió confiar en el zorro y seguirlo por aquel nuevo camino. Mientras caminaban juntos, Zorrito empezó a hablar sobre lo hambriento que estaba. "¿Puedo probar un poco de esa comida que llevas en la canasta?", preguntó con una sonrisa.

Sofía, siempre amable y generosa, le dio un poco de comida al zorro. Pero Zorrito no se conformó con eso y siguió pidiendo más y más.

"¡No te preocupes! ¡Tengo mucha hambre!", decía el zorro, tratando de convencer a Sofía para que le diera toda la comida. Justo cuando Sofía estaba a punto de ceder ante las súplicas del zorro, escuchó unos ruidos extraños provenientes del arbusto cercano. Era el cazador del pueblo, quien había seguido los rastros de Zorrito.

El cazador apareció justo a tiempo para salvar a Chica con Caperuza Rojo. El zorro escapó asustado mientras el cazador felicitaba a Sofía por su astucia al no darle toda la comida al animalito.

Sofía aprendió una valiosa lección ese día: nunca confiar en extraños y siempre seguir las instrucciones de sus padres. Desde entonces, se prometió ser más cautelosa y responsable en sus decisiones.

A partir de ese día, cada vez que Chica con Caperuza Rojo iba al bosque, recordaba aquel encuentro con Zorrito y se aseguraba de estar siempre alerta. Y así vivió muchas aventuras sin perderse ni caer en trampas peligrosas.

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