La lección de Coby


Coby era un niño muy feliz y curioso, siempre estaba en busca de aventuras y cosas nuevas para descubrir. Un día, mientras jugaba en el parque, se encontró con un pequeño cachorro abandonado.

- ¡Mira mamá! ¡Un perrito! ¿Podemos llevárnoslo a casa? La mamá de Coby lo miró con preocupación y le explicó que tener un animal es una gran responsabilidad. Pero después de hablarlo con su esposo, decidieron darle una oportunidad al cachorro.

Coby estaba muy emocionado por tener un amigo animal en casa, pero pronto se dio cuenta de que no era tan fácil como pensaba.

El cachorro necesitaba mucho cuidado y atención: debían sacarlo a pasear varias veces al día, alimentarlo adecuadamente y enseñarle a hacer sus necesidades afuera. - Mamá, esto es más difícil de lo que pensé -dijo Coby frustrado-. No sé si estoy listo para ser responsable por alguien más.

Su madre le sonrió cariñosamente y le dijo:- La responsabilidad no siempre es fácil, pero te hace crecer y aprender cosas nuevas. Si quieres tener un amigo animal tienes que estar dispuesto a cuidarlo todos los días. Con el tiempo, Coby aprendió mucho sobre cómo cuidar a su perro.

Aprendió cómo cepillarlo correctamente para mantener su pelaje hermoso y saludable; cómo entrenarlo para hacer trucos divertidos como sentarse o dar la pata; e incluso cómo llevarlo al veterinario para chequeos regulares.

Pero la verdadera prueba vino cuando Coby tuvo que dejar unos días a su perro en casa mientras él iba de vacaciones con su familia. Durante su ausencia, el perro se enfermó y tuvieron que llevarlo al veterinario de urgencia.

- ¿Cómo está mi perro? -preguntó Coby con los ojos llenos de lágrimas. - Tu perro estará bien, pero necesita medicamentos y cuidados especiales. Es importante que siempre estés atento a su salud -le dijo el veterinario.

Coby entendió entonces lo importante que era estar pendiente de su mascota todo el tiempo. Aprendió que la responsabilidad no solo es alimentar y sacar a pasear a un animal, sino también estar atento a cualquier señal de enfermedad o malestar.

Finalmente, Coby se convirtió en un gran amigo para su perro y aprendió una valiosa lección sobre la importancia de ser responsable. Ahora sabe que tener una mascota es mucho más que jugar juntos: es cuidarlo todos los días y darle amor incondicional.

Dirección del Cuentito copiada!