La lección de Ferrari


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Veloz, donde todos los autos vivían felices y contentos.

Había autos de todas las marcas y colores, pero el más especial de todos era Ferrari, un auto rojo brillante que destacaba por su elegancia y velocidad. Ferrari siempre estaba presumiendo de lo rápido que podía correr, dejando atrás a todos los demás autos del pueblo. Pero un día, mientras competía en una carrera contra sus amigos, algo inesperado sucedió.

Ferrari sintió un ruido extraño en el motor y poco a poco se fue deteniendo hasta quedar completamente parado en medio de la pista. -¡Ayuda! ¡Alguien me ayude! -gritaba Ferrari desesperado.

Sus amigos se acercaron rápidamente para ver qué le pasaba, pero ninguno sabía cómo ayudarlo. Parecía que el motor de Ferrari se había dañado gravemente y no había forma de arreglarlo en ese momento.

-¿Qué vamos a hacer ahora? -preguntó Fiat, uno de los amigos más cercanos de Ferrari. Ferrari estaba triste y preocupado. Ya no podría correr ni competir con los demás autos del pueblo. Se sentía avergonzado por haberse quedado varado en medio de la carrera. Pero entonces, Lamborghini tuvo una idea brillante.

Propuso organizar una colecta entre todos los autos del pueblo para poder arreglar el motor de Ferrari. Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a recolectar dinero para ayudar a su amigo en apuros.

Días después, con la ayuda de todos, el motor de Ferrari fue reparado y volvió a rugir con fuerza como antes. Estaba tan agradecido con sus amigos por haberlo ayudado en su momento de necesidad que decidió cambiar su actitud arrogante y competitiva.

Desde ese día, Ferrari siguió siendo rápido y elegante, pero también se convirtió en un auto amable y solidario que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

Aprendió que la verdadera velocidad no está solo en correr rápido, sino también en saber detenerse para tender una mano a quien lo necesita.

Y así, Ferrari descubrió que la verdadera victoria no está solo en cruzar primero la meta, sino en tener amigos dispuestos a acompañarte en cada carrera de la vida.

Dirección del Cuentito copiada!