La lección de Flor


Flor era una niña muy lista, pero a veces no hacía caso a sus padres. Un día de invierno, hacía mucho frío afuera y su mamá le dijo que se abrigara bien antes de salir a jugar.

"Flor, hace mucho frío, ¡no puedes salir sin abrigo!" -le advirtió su mamá. Pero Flor, terca como ella sola, respondió: "Yo no tengo frío, mamá, no necesito el abrigo". A pesar de las advertencias de su madre, Flor salió corriendo sin abrigo.

Pasó un rato jugando, pero pronto el frío caló en su piel y empezó a tiritar.

Su mamá, preocupada, fue a buscarla y la encontró temblando de frío. "¿Ves, Flor? Te dije que necesitabas el abrigo.

Ahora estás pasando frío porque no me hiciste caso", le dijo su mamá mientras la abrigaba. Flor, con los dientes castañeteando, comprendió que su mamá tenía razón y que había cometido un error al no escucharla.

Desde ese día, Flor aprendió la importancia de obedecer a sus padres y de cuidarse a sí misma. Nunca más saldría sin abrigo, ni desobedecería las advertencias de sus padres.

A partir de entonces, su mamá y ella se entendieron mejor, y Flor supo que, a pesar de ser tan lista, también tenía mucho por aprender.

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