La lección de honestidad de los ladrones
En una pequeña tienda de la esquina, dos ladrones, Maxi y Toto, entraron con la intención de robar. Maxi llevaba una bolsa vacía, mientras que Toto sostenía una linterna. La dueña de la tienda, Doña Rosa, estaba ocupada ordenando los productos tras el mostrador. En un rincón de la tienda, cuatro niños, Sofía, Martín, Lucas y Valentina, observaban sorprendidos lo que sucedía.
Al darse cuenta de que Maxi y Toto no tenían la bolsa para el dinero, Doña Rosa se acercó con una mirada preocupada, pero su rostro cambió cuando notó la linterna de Toto.
"¿Qué están haciendo aquí, chicos? ¿Por qué no trajeron la bolsa del dinero?" preguntó Doña Rosa con curiosidad.
Maxi y Toto se miraron entre ellos, apenados.
"Lo siento, Doña Rosa. No pensamos en eso", respondió Maxi con pesar. "Solo queríamos sacar algo de dinero de la caja registradora".
Viendo la oportunidad de enseñar una valiosa lección, Doña Rosa se acercó a los niños que observaban atentos.
"Chicos, esto es un buen ejemplo de lo que no se debe hacer. El dinero de esta tienda es fruto del esfuerzo y la honestidad. Robar solo trae problemas y tristeza", explicó Doña Rosa con firmeza.
Sofía levantó la mano tímidamente. "¿Significa que no debemos tomar lo que no nos pertenece?", preguntó con curiosidad.
Doña Rosa asintió con una sonrisa. "Así es, Sofía. La honestidad es crucial en la vida. Cuando queremos algo, necesitamos esforzarnos y trabajar duro para obtenerlo, en lugar de tomarlo de otros de forma deshonesta".
Los niños asintieron con entendimiento, mientras Maxi y Toto escuchaban atentamente, reflexionando sobre sus acciones.
Al final, Maxi y Toto se disculparon con Doña Rosa y se marcharon de la tienda. Mientras tanto, los niños se ofrecieron a ayudar a Doña Rosa a ordenar la tienda.
Esa tarde, Doña Rosa les regaló a cada uno un pequeño obsequio como agradecimiento por su ayuda, y los niños prometieron siempre ser honestos y trabajar con empeño para alcanzar sus metas.
FIN.