La Lección de Jose



Era una mañana soleada en el barrio de San Martín y Jose, un joven trabajador de la fábrica de juguetes, estaba muy emocionado porque ese día presentaría su nuevo diseño de un auto de carreras. Caminaba rápido, ansioso por llegar a su trabajo y compartir sus ideas con sus amigos.

De repente, sintió que su celular vibraba en el bolsillo. Al sacarlo, vio que era un mensaje de su amigo Lucas. "¡Mirá esto!" decía el mensaje acompañado de una foto divertida. Jose, intrigado, decidió mirar un poco más.

Mientras leía y reía, no se dio cuenta de que estaba cruzando la calle, y justo en ese momento, un ciclista pasó velocísimo.

"¡Cuidado!" - gritó el ciclista, mientras Jose, sorprendido, levantaba la mirada y se daba cuenta del peligro.

No pudo reaccionar a tiempo y se cayó al suelo. El ciclista, afortunadamente, se detuvo a tiempo y se acercó a ayudarlo.

"¡Estás bien?" - preguntó el joven en bicicleta, preocupado.

"Sí, creo que solo me duele un poco la rodilla..." - respondió Jose, tratando de levantarse.

"Por favor, no vuelvas a mirar el celular mientras cruzas las calles. La seguridad es lo primero" - le aconsejó el ciclista, ayudándolo a levantarse.

Jose, sintiendo vergüenza y arrepentimiento, agradeció al ciclista por su preocupación.

"Tenés razón, me distraje y podría haber sido un accidente serio. Gracias por ayudarme" - dijo Jose, mientras se sacudía el polvo de la ropa.

El ciclista sonrió, "Solo recuerda, la vida es más importante que cualquier mensaje. Siempre hay tiempo para leerlo después".

Jose finalmente se despidió del ciclista y se llevó el mensaje muy a pecho. Continuó su camino hacia la fábrica, pero esta vez mirando a su alrededor, cada vez que cruzaba una calle.

Al llegar, sus amigos lo recibieron con entusiasmo.

"¡Jose, contanos sobre el nuevo diseño!" - gritaron todos al unísono.

Con la adrenalina aún corriendo por sus venas, Jose comenzó a contarles sobre su proyecto y cómo había ideado un auto que podría volar. Todos estaban atentos, pero de repente, se detuvo y miró a sus amigos.

"Chicos, antes de continuar, quiero compartir algo importante" - dijo Jose con seriedad.

Los amigos se miraron confundidos, pero prestaron atención.

"Hoy aprendí una lección muy importante sobre lo que significa prestar atención y cuidarse. Quiero que todos estén atentos, no solo aquí, sino también en la calle" - explicó Jose.

Los amigos asintieron, y uno de ellos, Martina, se acercó.

"¡Eso es verdad! Es fácil distraerse con el celular, pero la vida real sucede justo frente a nosotros" - agregó.

Las palabras de Jose resonaron en todos. A pesar de lo que había vivido momentos antes, encontró en esa experiencia algo positivo y trató de aprovecharlo para aprender y enseñar. A partir de ese día, todos se comprometieron a cuidar al uno al otro y a vivir el momento, dejando el celular para después.

Y así, el accidente de Jose se convirtió en una enseñanza que alentó a cada uno de sus amigos a ser más conscientes de sus acciones. Aprendieron que a veces, la vida te enseña lecciones para que puedas compartirlas, y es importante siempre cuidar de uno mismo y del prójimo.

Desde entonces, cada vez que cruzaban la calle, lo hacían mirando primero a ambos lados, pero sobre todo, se acordaban de disfrutar del camino y de estar presentes en el lugar donde realmente estaban.

"La vida es emocionante cuando estamos atentos y disfrutamos del momento", aprendieron juntos, y esa lección los acompañó a lo largo de sus días, tanto en la fábrica como en su vida cotidiana.

Y así fue como Jose, con su nuevo auto de carreras volador y una gran historia para contar, se convirtió en un ejemplo para todos su amigos.

FIN.

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