La lección de Juancito y el trato con el diablo



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina un chico llamado Juancito, que siempre soñaba con ser rico y famoso. Un día, su amigo Fabri lo convenció de ir al casino para intentar ganar algo de dinero. Juancito, emocionado por la idea, aceptó sin dudarlo.

Al llegar al casino, Juancito se dio cuenta de que no tenía dinero para apostar. Entonces, en un momento de desesperación, pensó que haría cualquier cosa por obtener esa oportunidad. De repente, una figura oscura se acercó a él. Era el diablo, ofreciéndole un trato: dinero a cambio de su alma. Ante la tentación, Juancito aceptó, pero en el momento de firmar el contrato, algo en su interior se lo impidió. Decidió no hacerlo sin saber exactamente por qué.

A medida que pasaban los días, Juancito pensaba en esa decisión. ¿Había hecho lo correcto? Después de mucho reflexionar, se dio cuenta de que había tomado la mejor decisión de su vida. Decidió trabajar duro y ahorrar cada peso que ganaba. Con el tiempo, logró cumplir su sueño de ser rico, pero no por pactos con seres tenebrosos, sino con esfuerzo y honestidad.

Juancito entendió que la verdadera riqueza provenía del esfuerzo y la perseverancia, no de acuerdos dudosos con el diablo. Compartió esta lección con su amigo Fabri, quien también decidió seguir el camino del trabajo duro y la integridad. Juntos, se convirtieron en ejemplo para los demás, motivando a la gente a luchar por sus sueños de manera honesta.

Y así, Juancito y Fabri vivieron felices, disfrutando de la verdadera fortuna que habían construido con sus propias manos.

FIN.

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