La lección de la amistad



Había una vez una niña llamada Dayana, a quien su papá le había regalado una hermosa muñeca. Dayana estaba muy emocionada con su nuevo juguete y lo llevaba a todas partes.

Un día, mientras Dayana jugaba en el parque con su amiga Camila, esta última se quedó fascinada con la muñeca de Dayana. Sin pensarlo dos veces, Camila decidió tomarla prestada sin pedirle permiso a su amiga.

Cuando llegó a su casa, Camila sintió un terrible remordimiento por haber tomado la muñeca sin permiso. Ella sabía que había hecho algo malo y no podía dejar de pensar en cómo se sentiría Dayana al darse cuenta de que le habían quitado su preciado regalo.

Camila decidió contarle lo ocurrido a su mamá. Le explicó que había tomado la muñeca de Dayana sin permiso y que ahora se sentía muy apenada por ello. La mamá de Camila escuchó atentamente y comprendió la situación.

"Hiciste algo incorrecto al tomar la muñeca de tu amiga sin permiso", dijo la mamá de Camila con seriedad. "Pero lo importante es que te diste cuenta del error y quieres hacer lo correcto". Camila asintió con tristeza.

Ella sabía que tenía que disculparse con Dayana para reparar el daño causado. Al día siguiente, acompañada por su madre, Camila fue hasta la casa de Dayana para disculparse sinceramente.

"Dayi, sé que cometí un gran error al tomar tu muñeca sin preguntarte antes", dijo Camila mientras miraba a Dayana con tristeza en los ojos. "Me siento muy apenada y quiero pedirte disculpas de todo corazón".

Dayana, sorprendida por la visita de su amiga y su mamá, se quedó en silencio durante unos segundos. Luego, una sonrisa apareció en su rostro. "Camila -dijo Dayana-, sé que cometiste un error, pero lo importante es que te diste cuenta de ello y viniste a disculparte. Aprecio mucho tu sinceridad".

La mamá de Dayana también intervino. "Camila, es admirable que hayas reconocido tu error y hayas venido a enfrentarlo. Eso demuestra madurez y valentía". Las dos amigas se abrazaron y prometieron no volver a hacer algo así nunca más.

Desde ese día, Camila aprendió la importancia de pedir permiso antes de tomar las cosas de los demás. Esta historia nos enseña que todos cometemos errores, pero lo importante es reconocerlos y buscar la forma de reparar el daño causado.

También nos muestra cómo una disculpa sincera puede fortalecer una amistad. Y así, Dayana y Camila continuaron siendo grandes amigas, recordando siempre el valor de la honestidad y el respeto hacia los demás.

FIN.

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