La lección de la barata


Martin estaba jugando en el parque cuando de repente una pequeña barata apareció frente a él. Martin se sorprendió y dio un salto hacia atrás. "¡Ew! ¡Una barata!" exclamó Martin con asco.

La barata parecía estar muy asustada, temblando en el suelo del parque. Pero entonces, algo extraño sucedió: la pequeña criatura comenzó a hablar con Martin. "No tengas miedo", dijo la barata con voz suave.

"Sé que muchas personas piensan que somos desagradables, pero yo también tengo sentimientos y merezco respeto". Martin estaba atónito. ¿Cómo podría una barata hablar? Pero decidió escuchar lo que tenía que decir. "¿De verdad mereces respeto?" preguntó Martin incrédulo. "Pero eres solo una barata".

"Exactamente" , respondió la barata con tristeza. "Soy solo una simple criatura tratando de vivir mi vida como cualquier otra cosa en este mundo". Martin comenzó a comprender lo que la pequeña barata quería decirle.

Él había juzgado a la criatura sin siquiera conocerla o entender sus necesidades básicas para sobrevivir. "Lo siento mucho", dijo Martin sinceramente arrepentido por haber juzgado tan rápidamente. "No debería haber sido tan cruel contigo".

La pequeña barata sonrió aliviada, sintiendo el cambio de actitud en Martin. Así, juntos pasaron horas hablando sobre las diferentes formas de vida y cómo cada ser vivo tiene derecho a existir y ser amado sin importar su tamaño o apariencia física.

Cuando llegó la hora de irse a casa, Martin se despidió de su nueva amiga y prometió tratar a todas las criaturas con respeto y bondad. Desde ese día en adelante, Martin nunca volvió a juzgar a alguien por su apariencia o tamaño.

Y siempre recordaba que todos merecemos amor y respeto, así como la pequeña barata del parque.

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