La lección de La Come Entera
Había una vez un niño llamado Juan Manuel que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Era conocido por ser muy glotón y siempre estaba buscando algo delicioso para comer.
Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con una extraña criatura. La criatura era una especie de serpiente gigante con escamas multicolores y ojos brillantes. Pero lo más sorprendente era que hablaba. "Hola, Juan Manuel", dijo la criatura con voz suave pero imponente.
Juan Manuel quedó boquiabierto al ver a la criatura hablar. No podía creerlo. "¿Quién eres?" preguntó Juan Manuel curioso. "Soy La Come Entera", respondió la criatura. "Estoy aquí para enseñarte una lección sobre la importancia de compartir".
Juan Manuel frunció el ceño pensando en todas las golosinas que había comido sin compartir con nadie. "Pero ¿cómo puedes enseñarme eso?"La Come Entera sonrió y abrió su boca tan grande como una cueva.
"Si me comes entera, aprenderás la lección", dijo ella. Juan Manuel dudó por un momento, pero luego decidió aceptar el desafío. Se acercó lentamente a La Come Entera y se metió dentro de su enorme boca sin miedo alguno.
Dentro de La Come Entera, todo era oscuro y pegajoso. Juan Manuel se dio cuenta de que no podía moverse y comenzó a sentir miedo. Pero entonces escuchó una voz suave en su cabeza:"No tengas miedo, Juan Manuel. Estás seguro dentro de mí".
De repente, las paredes del estómago de La Come Entera comenzaron a brillar y Juan Manuel pudo ver imágenes de todas las veces que había comido sin compartir.
Vio a sus amigos tristes porque nunca les ofrecía nada y se dio cuenta de lo egoísta que había sido. "¡Lo entiendo ahora!" exclamó Juan Manuel emocionado. En ese momento, La Come Entera abrió su boca y Juan Manuel salió ileso.
Se miró a sí mismo y notó algo diferente: ya no tenía esa voracidad insaciable por la comida. Desde ese día, Juan Manuel cambió por completo. Comenzó a compartir todo lo que tenía con los demás niños del pueblo.
Ya no era conocido como el glotón, sino como el niño generoso y amable. La historia de La Come Entera se corrió por todo el pueblo y todos aprendieron la importancia de compartir. Los niños comenzaron a ayudarse mutuamente y los adultos también siguieron su ejemplo.
Juan Manuel se convirtió en un líder en su comunidad, enseñando a otros sobre la importancia de ser generosos. Juntos, construyeron un pueblo más fuerte y solidario donde todos se cuidaban unos a otros.
Y así fue como una extraña criatura llamada La Come Entera cambió para siempre la vida de Juan Manuel y de toda una comunidad, recordándoles que compartir es una virtud valiosa que todos debemos practicar cada día.
FIN.