La lección de la mariposa


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina tres amigos muy diferentes entre sí: Eva la gitana promiscua, Ramón el gitano cornudo y Chelin el mentiroso compulsivo.

A pesar de sus diferencias, se llevaban muy bien y siempre se divertían juntos. Un día, mientras paseaban por el bosque cercano al pueblo, encontraron una hermosa mariposa atrapada en una telaraña. Eva quería liberarla inmediatamente, pero Ramón le advirtió que era mala suerte matar arañas.

Chelin, por otro lado, dijo que había visto a la misma mariposa volando libremente esa mañana temprano. "No seas mentiroso Chelin", exclamó Eva "está claro que está atrapada aquí". "De verdad lo vi", insistió Chelin.

Finalmente decidieron dejar a la mariposa allí y seguir caminando. Pero Eva no podía sacarse de la cabeza la imagen de la pobre criatura atrapada, así que decidió volver sola para liberarla.

Cuando llegó a la telaraña vio algo sorprendente: ¡había dos mariposas! Una estaba atrapada enredada en las hebras pegajosas y otra estaba posada sobre una hoja cercana. Eva liberó a ambas mariposas y las vio volar juntas hacia el cielo.

De repente se dio cuenta del mensaje oculto detrás de esta experiencia: siempre hay más de lo que parece a simple vista. Al regresar con sus amigos les contó sobre las dos mariposas y lo importante que era ver más allá de lo evidente.

Ramón reflexionó sobre cómo esto también podía aplicarse a su propia vida, donde a menudo se sentía limitado por las expectativas de su comunidad gitana. Chelin admitió que a veces exageraba la verdad para hacerse sentir mejor consigo mismo.

Los tres amigos se dieron cuenta de que cada uno tenía sus propias luchas internas y decidieron apoyarse mutuamente en lugar de juzgarse. A partir de ese momento, prometieron ser más comprensivos y ver más allá de las apariencias.

Juntos aprendieron una valiosa lección: no todo es lo que parece a simple vista y siempre hay más detrás de lo evidente.

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