La lección de la pantera
Rosana, la coneja, estaba emocionada porque era su cumpleaños y había invitado a todos sus amigos a celebrar con ella. Había preparado una deliciosa torta de zanahoria y estaba ansiosa por compartirla con todos.
Los animales llegaron uno por uno a la fiesta de Rosana. Tito, el tigre, llegó rugiendo de alegría. Turuleca, la gallina, llegó cacareando contenta. Nébula, la perra, llegó saltando de emoción.
Karen, otra gallina amiga de Rosana, llegó picoteando el suelo mientras Camila, la gata traviesa del vecindario se acercaba sigilosamente. Todos los animales se reunieron alrededor de la mesa para disfrutar de la torta que Rosana había preparado con tanto amor.
Pero justo cuando iban a empezar a cantarle "Feliz Cumpleaños", un estruendo proveniente del jardín interrumpió todo. Era Rebeca, la pantera malvada del vecindario. Siempre trataba de arruinar las cosas buenas que sucedían en el barrio y no le importaba lastimar los sentimientos de los demás.
Rebeca entró corriendo hacia la mesa y sin pensarlo dos veces destrozó toda la torta con sus afiladas garras. Todos los animales quedaron en shock ante semejante acto cruel. -¡Rebeca! ¿Por qué hiciste eso? -exclamó Rosana entre lágrimas-.
Era mi cumpleaños y habíamos hecho esta tortita para compartir con todos mis amigos. -¡Ja! Me importa un bledo tu cumpleaños -respondió Rebeca con una sonrisa malévola-. No mereces tener amigos ni celebraciones.
Los animales se miraron unos a otros, tristes y decepcionados. Pero en lugar de dejarse vencer por la maldad de Rebeca, decidieron unirse para demostrarle que el amor y la amistad siempre triunfan sobre el odio. -¡No te permitiremos arruinar nuestra fiesta! -gritó Tito valientemente-.
Somos amigos de Rosana y no vamos a dejar que nos lastimes. Los demás animales asintieron con determinación y juntos idearon un plan para enseñarle a Rebeca una lección importante.
Mientras Karen distraía a Rebeca con sus picoteos, Nébula corrió hacia la cocina rápidamente y preparó otra torta. Esta vez todos los animales ayudaron en su elaboración, agregando ingredientes extra especiales como amor, amistad y perdón. Cuando estuvo lista, llevaron la nueva torta al jardín donde todos esperaban ansiosos.
Con una gran sonrisa en su rostro, Rosana sopló las velas mientras sus amigos cantaban "Feliz Cumpleaños". Rebeca observaba todo desde lejos, sintiéndose arrepentida por su actitud egoísta.
Se acercó tímidamente al grupo y les pidió disculpas por haber arruinado la fiesta. -Entendimos que todos cometemos errores, pero lo importante es aprender de ellos -dijo Turuleca-. Todos merecemos segundas oportunidades si estamos dispuestos a cambiar.
Rebeca aceptó las disculpas y prometió ser una vecina más amable y respetuosa. A partir de ese día, todos los animales del vecindario vivieron en armonía y se convirtieron en grandes amigos.
La historia de Rosana y sus amigos nos enseña que el amor y la amistad son mucho más fuertes que cualquier acto de maldad. También nos recuerda la importancia de perdonar y dar segundas oportunidades a quienes están dispuestos a cambiar. Desde aquel cumpleaños, Rosana, Tito, Turuleca, Nébula, Karen, Camila y Rebeca se volvieron inseparables.
Juntos demostraron al mundo que incluso las situaciones más difíciles pueden convertirse en oportunidades para crecer y aprender. Y así vivieron felices para siempre.
FIN.