La lección de la pelota y el árbol


Había una vez una familia compuesta por papá, mamá y dos niños llamados Tomás y Sofía. Vivían en una hermosa casa rodeada de un gran jardín con muchos árboles frutales.

A los niños les encantaba jugar al fútbol en el jardín, pero un día mientras estaban jugando, Tomás pateó la pelota tan fuerte que rompió una de las ventanas de la casa. -¡Ay no! ¡Mamá nos va a regañar mucho! - dijo Sofía preocupada.

Pero su padre les explicó que lo más importante era ser sinceros y contarle a su madre lo que había pasado. Así que fueron a buscarla y le contaron todo lo sucedido.

-Muchachos, entiendo que están jugando pero deben tener cuidado con las cosas- dijo mamá con calma -Pero no se preocupen, vamos a arreglar la ventana juntos. La familia trabajó junta para arreglar la ventana rota. Papá sacó sus herramientas y mamá buscó los materiales necesarios para repararla.

Mientras tanto, Tomás y Sofía ayudaban como podían. Cuando terminaron, decidieron celebrar el trabajo en equipo con un partido de fútbol en el jardín.

Pero mientras jugaban, se dieron cuenta de que uno de los árboles frutales estaba muy descuidado e incluso tenía algunas ramas rotas. -Papá ¿podemos arreglar ese árbol también? - preguntó Sofía.

-Claro hija, es importante cuidar nuestro hogar y todas las cosas bonitas que tenemos en él -respondió papá sonriendo- Vamos a buscar lo que necesitamos para arreglarlo. Juntos, la familia cortó las ramas rotas, podaron el árbol y lo regaron. Mientras trabajaban, papá les explicaba a los niños la importancia de cuidar y proteger su hogar y todo lo que había en él.

Finalmente, el árbol quedó hermoso y lleno de frutos. La familia se sentía muy orgullosa del trabajo que habían hecho juntos.

-Este ha sido un gran día- dijo mamá sonriendo -Hemos aprendido a trabajar en equipo, ser honestos cuando cometemos errores y cuidar nuestro hogar. ¡Y ahora vamos a disfrutar de una deliciosa merienda con los frutos del árbol! Los niños estaban felices de haber aprendido tantas cosas importantes ese día.

Tomás entendió que debía tener más cuidado al jugar para no romper nada más en casa y Sofía entendió la importancia de cuidar su hogar y todo lo que había en él. Juntos, habían aprendido una valiosa lección sobre responsabilidad y trabajo en equipo.

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