La lección de la Rana verde y la Zorra negra




Había una vez, en un frondoso bosque, una Rana verde y una Zorra negra que eran muy amigas. Un día, la astuta Zorra negra le propuso a la Rana verde jugar a las escondidas.

"Vamos, Rana, escondámonos y yo te contaré hasta cien para que encuentres un buen lugar", dijo la Zorra con una sonrisa maliciosa.

La inocente Rana asintió y rápidamente se escondió en un agujero, pero en lugar de contar, la Zorra se alejó a toda prisa, dejando a la pobre Rana abandonada. La Rana verde, sorprendida y aterrada, gritó pidiendo ayuda, pero nadie respondió. Pasaron las horas y la noche comenzó a caer, la Rana verde comprendió que había sido engañada por su supuesta amiga.

Sin embargo, en ese momento, recordó las palabras de su abuela: "Siempre muestra bondad, incluso cuando otros no lo hacen contigo".

Decidida a no dejarse vencer por la tristeza y la decepción, la Rana verde se puso en marcha para encontrar a su amiga. A lo largo de su viaje, se encontró con otros animales del bosque que le ofrecieron ayuda y aliento. Finalmente, la Rana verde llegó a la guarida de la Zorra negra.

"¿Por qué me engañaste y me dejaste abandonada?" preguntó la Rana con tristeza en su voz. La Zorra, avergonzada, bajó la mirada y le pidió perdón a la Rana verde.

La Rana, con valentía, le explicó a la Zorra cómo se había sentido al ser engañada, pero también le recordó los buenos momentos que habían compartido y la importancia de la amistad. La Zorra, con lágrimas en los ojos, prometió nunca más engañar a su amiga y agradeció a la Rana por su generosidad y compasión.

Desde ese día, la Rana verde y la Zorra negra se convirtieron en las mejores amigas, aprendiendo juntas que la sinceridad, la bondad y el perdón son pilares fundamentales de una verdadera amistad.

FIN.

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