La lección de los amigos atentos
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, un grupo de amigos que iban juntos al colegio. En ese grupo se encontraban Tomás, Sofía, Martín y Valentina.
Ellos eran muy traviesos y siempre buscaban la manera de divertirse en clase. Un día, la maestra Ana les dijo a todos los niños que tenían una tarea especial por delante.
Debían preparar una presentación sobre el respeto entre compañeros de clase y la importancia de atender en las clases. Todos estaban emocionados con esta tarea y se pusieron manos a la obra. Tomás era muy bueno dibujando, así que decidió hacer unos carteles coloridos para decorar el salón de clases.
Sofía era excelente contando historias, así que escribió un cuento sobre el respeto y cómo afecta positivamente a toda la comunidad escolar. Martín era muy creativo con las manualidades y creó unas marionetas para representar su parte del proyecto.
Y Valentina tenía una voz hermosa, así que ella cantaría una canción sobre el respeto. El día de la presentación llegó y todos estaban nerviosos pero emocionados por mostrar su trabajo ante toda la escuela.
Sin embargo, cuando comenzaron a exponer sus ideas, algo inesperado sucedió. Tomás estaba tan distraído mirando por la ventana que no escuchó lo que decía Sofía mientras le pasaba los carteles para mostrar al resto de los niños. "¡Tomás! ¡Presta atención!"- exclamó Sofía frustrada.
Martín también estaba jugueteando con las marionetas en lugar de representar su parte del proyecto como habían ensayado. "Martín, necesitamos que te enfoques y hagas bien tu parte"- le dijo la maestra Ana.
Valentina se puso tan nerviosa cuando llegó su turno de cantar que olvidó la letra de la canción y no pudo seguir. "Lo siento mucho, no sé qué me pasó"- sollozó Valentina entre lágrimas. La clase quedó en silencio por un momento.
Todos estaban tristes y desilusionados porque su presentación no había salido como esperaban. Pero luego, Sofía tomó la palabra: "Chicos, cometimos errores pero eso no significa que debamos rendirnos. Podemos intentarlo de nuevo y hacerlo mejor".
Tomás entendió lo importante que era prestar atención en clase para poder aprender y ayudar a sus amigos. Martín se dio cuenta de que jugar en el momento equivocado puede arruinar algo especial y Valentina aprendió a controlar sus nervios practicando más.
Así que decidieron darle una segunda oportunidad a su presentación. Se reunieron nuevamente, esta vez enfocados y dispuestos a hacerlo mejor.
Cuando llegó el día de la segunda presentación, todos los niños estaban ansiosos por ver cómo habían mejorado Tomás, Sofía, Martín y Valentina. Esta vez Tomás estaba atento a cada palabra que decía Sofía mientras sostenía los carteles con orgullo. Martín representaba las marionetas con entusiasmo siguiendo el guión al pie de la letra.
Y Valentina cantaba con seguridad y alegría recordando cada palabra de su canción. Al finalizar la presentación, todos los niños aplaudieron emocionados por el esfuerzo y la mejora que habían logrado.
La maestra Ana se acercó a ellos y les dijo: "Estoy muy orgullosa de ustedes. Han demostrado que el respeto, la atención en clase y el trabajo en equipo son fundamentales para alcanzar nuestras metas". Desde ese día, Tomás, Sofía, Martín y Valentina se convirtieron en los mejores amigos del colegio.
Aprendieron que cada uno tiene habilidades diferentes pero juntos pueden lograr grandes cosas si se respetan y trabajan en equipo.
Y así, con una lección aprendida sobre el respeto entre compañeros de clase y la importancia de atender en las clases, termina esta historia llena de enseñanzas para todos los niños de Villa Alegre.
FIN.