La lección de Luna



En una soleada mañana de primavera, Michi, una pequeña gatita gris con ojos verdes brillantes, decidió aventurarse fuera de su hogar por primera vez.

Curiosa y juguetona, se adentró en las calles bulliciosas de la ciudad sin darse cuenta de que cada paso la alejaba más y más de su acogedor hogar. Al principio, Michi disfrutaba explorando los rincones desconocidos y persiguiendo mariposas entre los jardines urbanos. Pero pronto se dio cuenta de que estaba perdida.

Sus maullidos desesperados no lograban llamar la atención de nadie entre el ruido del tráfico y las voces apresuradas de los transeúntes.

Desorientada y asustada, Michi se refugió bajo un viejo banco en un parque con la esperanza de encontrar algo familiar entre tanto caos.

Fue entonces cuando escuchó una voz amable que le susurraba al oído:"¿Estás perdida, pequeña?"Michi levantó la cabeza sorprendida y vio a Luna, una sabia gata callejera con un brillo en los ojos que denotaba experiencia y comprensión. "Sí... estoy perdida", respondió Michi con timidez.

Luna le explicó a Michi que para sobrevivir en la ciudad debía aprender a confiar en sus instintos, mantenerse alerta ante los peligros y buscar ayuda cuando lo necesitara. Juntas emprendieron un viaje por las calles laberínticas mientras Luna compartía con Michi historias sobre valentía, amistad y perseverancia.

Durante su travesía, Michi enfrentó desafíos como esquivar perros callejeros agresivos, cruzar avenidas congestionadas y encontrar comida en contenedores abandonados. A pesar del miedo que sentía en ocasiones, recordaba las palabras reconfortantes de Luna: "Enfrenta tus miedos con coraje y determinación".

Finalmente, tras varios días de búsqueda incansable, Michi divisó a lo lejos el edificio donde vivía junto a su familia humana. Con lágrimas de alegría en sus ojos felinos, corrió hacia ellos mientras Luna observaba orgullosa desde la distancia.

Desde ese día en adelante, Michi valoró cada momento junto a su familia y nunca más se aventuró sola por las peligrosas calles de la ciudad. Siempre recordaría con cariño a Luna como su guía sabia e inspiradora que le enseñó importantes lecciones sobre resiliencia y amistad.

Y así termina esta historia sobre una gatita llamada Michi que se perdió en la ciudad pero encontró mucho más que el camino de regreso a casa: encontró valentía dentro de sí misma gracias a la ayuda inesperada de otra gata llamada Luna.

FIN.

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