La lección de Luna



En un pequeño pueblo llamado Villa Uña vivía una niña llamada Luna. Luna era conocida por tener unas uñas largas y fuertes, tan largas que todos la llamaban cariñosamente "Uña Niña".

A pesar de ser diferente, Luna era muy feliz y siempre estaba rodeada de amigos que la querían tal como era. Un día, mientras jugaba en el bosque cerca del pueblo, Luna se encontró con un hombre lobo.

El hombre lobo era grande y animal, con unos ojos amarillos que brillaban en la oscuridad. Desde ese momento, el hombre lobo comenzó a seguir a Luna a todas partes, asustándola y no dejándola en paz.

Luna intentó hablar con el hombre lobo para pedirle que la dejara tranquila, pero él solo gruñía y mostraba sus afilados dientes. Así que decidió buscar ayuda en sus amigos del pueblo. Juntos idearon un plan para detener al hombre lobo y proteger a Uña Niña.

"¡Vamos a construir una trampa para atraparlo!" - dijo Mateo, el amigo más valiente de Luna. "Sí, y luego lo llevaremos lejos del pueblo para que no vuelva a molestarte" - agregó Sofía, la amiga más astuta de Uña Niña.

Así fue como prepararon una trampa ingeniosa con ramas y hojas secas que camuflaron perfectamente.

Cuando el hombre lobo cayó en la trampa, Luna y sus amigos lo llevaron lejos del pueblo hasta llegar a las profundidades del bosque donde lo liberaron. "¿Por qué nos seguías? ¿Qué es lo que quieres?" - preguntó Luna con valentía. El hombre lobo bajó la mirada avergonzado y murmuró: "Solo quería compañía. Me siento solo en este bosque oscuro".

"Entiendo cómo te sientes", respondió Luna con comprensión. "Pero asustarnos no es la forma correcta de conseguir compañía. Si quieres puedes ser nuestro amigo".

Desde ese día, el hombre lobo se convirtió en parte del grupo de amigos de Uña Niña. Aprendió a jugar juegos divertidos con ellos y nunca volvió a asustar al pueblo nuevamente.

La historia de cómo Uña Niña enseñó al hombre lobo sobre la importancia de respetar a los demás se convirtió en una leyenda en Villa Uña. Y así, Uña Niña demostró que incluso cuando alguien parece diferente o asustadizo al principio, siempre hay una forma pacífica de resolver las cosas si nos esforzamos por entendernos mutuamente.

Y desde entonces, todos aprendieron a valorar las diferencias entre ellos y celebrar la diversidad que los hacía únicos.

FIN.

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