La lección de mamá coneja
En el bosque mágico, todos los animales estaban revoloteando de emoción. El Día de las Mariposas era una fecha muy esperada, y esta vez la mamá coneja tenía algo especial que compartir con todos.
La mamá coneja reunió a todos los animalitos en un claro del bosque, donde brillaban las mariposas con sus alas coloridas. Había conejitos saltarines, pajaritos cantarines, osos curiosos y hasta un zorro astuto. - ¡Hola a todos! -saludó la mamá coneja con alegría-.
Hoy quiero hablarles sobre algo muy importante: la diferencia entre niños y niñas. Los animalitos se miraron unos a otros con curiosidad. Algunos levantaron las orejas, otros movieron las plumas intrigados.
- ¿Qué es eso de niños y niñas? -preguntó el osito Timoteo con su pelaje suave y ojos brillantes. La mamá coneja sonrió tiernamente antes de explicar:- Los niños son como ustedes, queridos animalitos varones. Tienen características especiales que los hacen únicos y valientes.
Pueden ser fuertes y protectores, pero también cariñosos y juguetones. Los animalitos asintieron con entendimiento mientras escuchaban atentamente las palabras de la mamá coneja. - Y las niñas -continuó la mamá coneja-, son como nuestras amigas mariposas.
Son delicadas y hermosas, pero también fuertes y valientes. Pueden volar alto en busca de sus sueños y traer alegría a todos los que las rodean. Los pajaritos piaban emocionados al escuchar estas palabras tan sabias.
Todos estaban aprendiendo algo nuevo sobre ellos mismos y los demás. De repente, un ruido extraño interrumpió la charla. Era el zorro astuto que se acercaba sigilosamente al grupo. - ¡Mamá Coneja! ¡Mamá Coneja! -exclamó el zorro jadeante-.
Necesitamos tu ayuda, hay un problema en el arroyo cercano. Sin dudarlo, la mamá coneja se puso en acción junto a los demás animales.
Corrieron hacia el arroyo para descubrir que una familia de patitos estaba atrapada entre unas ramas caídas por la tormenta de la noche anterior. - ¡Tenemos que salvarlos! -dijo decidida la mamá coneja mientras ideaba un plan para rescatar a los patitos. Con trabajo en equipo y mucha creatividad lograron liberar a los patitos sanos y salvos.
La familia de patos quac-quacagradeció emocionada mientras se lanzaban al agua para nadar libres otra vez. Los animales regresaron al claro del bosque llenos de satisfacción por haber ayudado a otros en apuros.
La mamá coneja reunió nuevamente a todos para continuar su lección interrumpida por el incidente:- Como les decía antes...
¿Dónde estábamos? El osito Timoteo levantó una pata ansioso por recordarlo todo:- ¡Estábamos aprendiendo sobre cómo cada uno tiene cualidades únicas sin importar si somos niños o niñas! La mamá coneja asintió feliz ante la respuesta del pequeño osito:- Exactamente, querido Timoteo.
Todos somos especiales tal como somos, cada uno con dones distintivos que nos hacen únicos e importantes en este mundo mágico del bosqueY así terminó aquel día especial en el Bosque Mágico donde vivían muchos animales diferentes. Aprendieron juntos sobre igualdad, respeto mutuo e importancia del trabajo en equipo para superar cualquier desafío.
FIN.