La lección de Mateo sobre la limpieza facial



Había una vez un niño llamado Mateo, a quien le encantaba jugar al fútbol y correr por el parque.

Sin embargo, un día algo extraño sucedió: se despertó con los ojos pegados y no podía respirar bien porque tenía los ojos llenos de legañas y los mocos secos. - ¡Mamá, papá! -gritó Mateo alarmado mientras intentaba abrir sus ojitos con dificultad. Sus padres acudieron rápidamente a su habitación y al verlo en esa situación se preocuparon mucho.

- ¿Qué te pasa, hijo? -preguntó su mamá con angustia. - No puedo abrir los ojos y me cuesta respirar -respondió Mateo entre sollozos.

Sus padres lo ayudaron a limpiar sus ojos con cuidado y le dieron agua para que pudiera humedecer su garganta reseca. Luego, le explicaron la importancia de la higiene facial para la salud. - Hijo, es fundamental lavarse la cara todas las mañanas al despertar y antes de ir a dormir.

Así evitaremos que se acumulen bacterias que puedan causarte problemas como este -le dijo su papá con voz serena. Mateo escuchaba atentamente las palabras de sus padres mientras reflexionaba sobre lo ocurrido.

Se sentía mal por no haber prestado atención a algo tan sencillo pero tan importante como lavarse la cara todos los días. Decidió entonces tomar cartas en el asunto y convertirse en el niño más ordenado y limpio del mundo.

Desde ese día, incorporó el hábito de lavarse la cara todas las mañanas al despertar y antes de acostarse, sin falta. Con el paso del tiempo, Mateo notó cómo su piel lucía más radiante y fresca, ya no volvieron a aparecer legañas ni mocos secos al despertar.

Además, dejó de enfermarse tanto gracias a una buena higiene facial.

Un día, durante un partido de fútbol en el parque, uno de sus amigos le preguntó:- Che Mateo, ¿cómo hacés para tener siempre la carita tan limpia? Mateo sonrió orgulloso y respondió:- Es fácil amigo, solo hay que recordar lavarse bien la carita todos los días. La higiene facial es muy importante para estar sanos y felices.

Desde entonces, Mateo se convirtió en un ejemplo para todos sus amigos quienes también aprendieron la importancia de cuidar su rostro correctamente. Y así vivieron felices limpios y saludables para siempre.

FIN.

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