La lección de respeto



Había una vez en la escuela "Los Pinos" un grupo de niños muy traviesos y bulliciosos que cursaban el quinto grado B. Ellos eran conocidos por no respetar a sus maestros, compañeros y ni siquiera a ellos mismos.

Siempre estaban metidos en problemas y no mostraban interés en cambiar su actitud. Un día llegó a la escuela una nueva maestra llamada Miss Laura. Era una mujer joven, amable y muy paciente.

Desde el primer día, se propuso enseñarles a los niños del 5to B la importancia del respeto. - Buenos días, chicos. Mi nombre es Miss Laura y quiero hablarles sobre algo muy importante: el respeto -dijo con una sonrisa.

Los niños se miraron entre sí con desinterés, pero Miss Laura no se dio por vencida. Decidió llevar a cabo un proyecto especial para enseñarles de manera práctica qué significaba realmente respetar. - Hoy vamos a realizar un juego -anunció-.

Les voy a asignar parejas y durante toda la semana deberán tratarse con respeto en todo momento. Los niños al principio protestaron, pero finalmente aceptaron el reto.

Cada uno recibió el nombre de su pareja y debían trabajar juntos en todas las actividades escolares. Durante los primeros días, los niños del 5to B se sorprendieron al descubrir lo bien que podían llevarse cuando se trataban con amabilidad y cortesía.

Poco a poco, empezaron a entender que el respeto no solo era importante hacia los demás, sino también hacia uno mismo. Sin embargo, las cosas se complicaron cuando llegó el jueves de esa semana. Había surgido un conflicto entre dos de los niños: Tomás y Martín.

- ¡No quiero ser tu amigo! Eres molesto -gritaba Tomás furioso. - ¡Pues tú eres tonto! No te soporto más -respondió Martín igual de enfadado.

Miss Laura intervino rápidamente antes de que la situación empeorara:- Chicos, recuerden que parte del respeto es saber manejar las diferencias y resolver los conflictos de manera pacífica. ¿Qué tal si cada uno dice algo positivo del otro? Tomás dudó un momento pero luego dijo tímidamente:- Bueno...

Martín siempre comparte sus lápices conmigo cuando me olvido los míos en casa. Martín sonrió sorprendido por el comentario y respondió:- Y Tomás tiene buenas ideas para nuestros proyectos grupales aunque discutamos mucho.

Esa simple dinámica logró calmar las aguas entre los dos niños y les enseñó que incluso en medio de las diferencias podían encontrar aspectos positivos para valorar en el otro. El viernes por la mañana, Miss Laura reunió al grupo para hacer una reflexión final sobre la experiencia vivida durante la semana del respeto.

Chicos, han demostrado ser capaces de cambiar su actitud cuando deciden comportarse con respeto hacia sus compañeros. Desde ese día en adelante, los niños del 5to B entendieron que el verdadero poder del respeto radicaba en cómo podían transformar sus relaciones personales para mejor.

Y así fue como aquel grupo tan travieso e indisciplinado aprendió que con pequeños gestos amables podían crear grandes cambios dentro y fuera del salón de clases.

Desde entonces fueron conocidos como "Los Respetuositos", inspirando a otros alumnos a seguir su ejemplo día tras día.

FIN.

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