La lección de Tomás



Un día soleado, mientras caminaban por el parque, Tomás y su padre decidieron jugar a adivinar banderas de distintas naciones del mundo.

"¿Qué bandera es esta?" - preguntó el padre señalando una con franjas rojas y blancas horizontales. "¡Es la bandera de Japón!" - respondió Tomás emocionado. "Muy bien hijo, ¡eres un genio de las banderas!" - dijo el padre orgulloso. Continuaron caminando por el parque y jugando al juego de las banderas.

El padre le explicaba a Tomás los significados detrás de cada color y símbolo en las diferentes banderas que veían. De repente, se detuvieron frente a una tienda donde vendían pañuelos con diseños de distintas banderas del mundo.

Tomás se acercó corriendo hacia la tienda y comenzó a buscar la bandera argentina entre los pañuelos.

"Papá, ¿dónde está la banda azul en la parte inferior?" - preguntó confundido Tomás mientras sostenía un pañuelo con los colores equivocados para la bandera argentina. El padre sonrió cariñosamente y le explicó que no todas las representaciones visuales pueden ser exactamente iguales. A veces hay variaciones en los diseños pero lo importante era recordar qué colores simbolizan cada país.

Mientras seguían caminando por el parque, se encontraron con un grupo de niños jugando fútbol cerca del lago. Los niños llevaban camisetas con distintos colores e insignias representativas de sus equipos favoritos.

Tomás observó detenidamente las camisetas y señaló una que tenía rayas amarillas y verdes. "Esa es la camiseta de Brasil, ¿verdad papá?" - preguntó Tomás emocionado. El padre sonrió orgulloso al ver lo mucho que su hijo había aprendido sobre banderas y colores.

Pero mientras se alejaban del parque, un giro inesperado ocurrió. De repente, comenzó a llover torrencialmente. El padre sacó un paraguas para protegerse de la lluvia pero Tomás no tenía nada para cubrirse.

"No te preocupes hijo, ¡tenemos que correr hasta casa!" - dijo el padre animando a Tomás a seguir adelante. Mientras corrían bajo la lluvia, Tomás notó algo extraño en el paraguas de su padre.

Había varios agujeros pequeños en él y estaba dejando pasar la lluvia. "¿Por qué hay agujeros en el paraguas papá?" - preguntó confundido Tomás. El padre explicó que el paraguas era viejo y estaba roto pero aún servía para protegerlos un poco de la lluvia.

A pesar del mal tiempo, continuaron corriendo juntos hacia casa. Finalmente llegaron empapados pero felices por haber superado los obstáculos juntos como equipo.

Tomás aprendió mucho sobre banderas ese día pero también descubrió una lección importante: no importa cuántos problemas puedan surgir en el camino, siempre puedes contar con tu familia para ayudarte a superarlos.

FIN.

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