La lección del arcoíris



Había una vez una niña llamada Sol, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Sol era una niña muy alegre y curiosa, siempre buscando aventuras y cosas nuevas que descubrir.

Un día, mientras caminaba por el bosque con su perrita Lulu, Sol vio un hermoso arcoíris en el cielo. Se emocionó tanto que decidió seguirlo para ver dónde terminaba.

Al llegar al final del arcoíris, se encontró con un viejito muy sabio que le preguntó: "¿Qué es lo que buscas, pequeña Sol?""Quiero saber cómo puedo hacer para ser feliz todos los días", respondió ella.

El viejito sonrió y le dijo: "Para ser feliz todos los días debes aprender a valorar las cosas simples de la vida". Sol no entendió muy bien qué quería decir el viejito, pero decidió poner en práctica sus palabras.

Así que empezó a prestar atención a todas las cosas lindas que la rodeaban: las flores del campo, el canto de los pájaros, la risa de su perrita Lulu... Pero un día algo terrible sucedió: Lulu se perdió en el bosque y Sol no podía encontrarla por ningún lado.

Estaba tan triste que pensó que nunca volvería a ser feliz sin su compañera fiel. Fue entonces cuando apareció nuevamente el viejito sabio y le dijo: "Recuerda lo que te dije sobre valorar las cosas simples de la vida".

Sol cerró los ojos e intentó recordar todo lo bueno que había experimentado junto a Lulu. De repente, escuchó un ladrido y al abrir los ojos vio a su perrita corriendo hacia ella.

Sol entendió que la felicidad no dependía de las cosas materiales ni de las circunstancias externas, sino de lo que uno tiene en el corazón. Desde ese día, Sol y Lulu vivieron felices valorando cada momento juntos y disfrutando de la belleza de la vida.

Y cuando veían un arcoíris en el cielo, recordaban siempre esa valiosa lección que les había enseñado el viejito sabio del bosque.

FIN.

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