La lección del respeto


Había una vez en la selva un par de culebras muy amigables llamadas Ciro y Clara. Eran conocidas por su valentía y su deseo de ayudar a todos los animales que se encontraban en problemas.

Un día, mientras paseaban por el bosque, escucharon gritos de auxilio provenientes del río. Corrieron hacia allí y vieron a un mono atrapado en una red. Sin pensarlo dos veces, Ciro y Clara se acercaron al mono para ayudarlo.

"¡No te preocupes, Mono! Vamos a salvarte", dijo Ciro con determinación. "Sí, sí. ¡No temas! Estamos aquí para ayudarte", agregó Clara con una sonrisa. Juntos trabajaron arduamente para liberar al mono de la red.

Finalmente, lograron cortarla y el mono quedó libre nuevamente. "¡Muchas gracias por salvarme!", exclamó el mono emocionado. "Pensé que nunca me iba a librar de esta trampa".

Ciro y Clara le explicaron al mono lo importante que era trabajar juntos y cómo esa era la única forma de superar cualquier problema. El mono parecía entenderlo, pero algo no estaba bien en sus ojos... había un brillo malicioso que no pasó desapercibido para las culebras buenas.

Días después del rescate, las culebras notaron que algunos animales estaban desapareciendo misteriosamente en la selva. Todos estaban preocupados e intrigados sobre qué podría estar pasando. Decidieron investigar por sí mismas qué estaba ocurriendo.

Se escondieron entre los árboles y observaron al mono malo, quien se había vuelto un verdadero ladrón de animales. Los atrapaba y los llevaba a una cueva secreta. "¡Tenemos que detenerlo!", susurró Clara con determinación. Ciro y Clara idearon un plan para atrapar al mono malo.

Se acercaron sigilosamente a la cueva y rápidamente ataron la entrada con una cuerda fuerte. Cuando el mono intentó salir de la cueva, quedó atrapado en su propia trampa.

Ciro y Clara lo confrontaron sobre sus acciones egoístas y le explicaron lo importante que era respetar a los demás seres vivos. "¡Estoy harto de siempre ser el bueno! Quería sentirme poderoso por una vez", admitió el mono en voz baja. "Pero ahora me doy cuenta de que eso no está bien".

Las culebras buenas decidieron darle una segunda oportunidad al mono malo. Juntos, trabajaron para liberarlo de la red nuevamente.

Esta vez, sin embargo, el mono prometió cambiar su actitud y ayudar a todos los animales en lugar de lastimarlos. Desde ese día, las culebras buenas y el antiguo mono malo se convirtieron en grandes amigos.

Trabajaban juntos para mantener la paz en la selva y enseñarle a todos los animales sobre el valor del trabajo en equipo y el respeto hacia los demás. Y así, gracias al cambio del mono malo, todos aprendieron que incluso aquellos que parecen tener intenciones negativas pueden transformarse si les brindamos amor y comprensión.

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