La lección del zoológico



En el CIPDES, un colegio muy especial en el corazón de Buenos Aires, los estudiantes de quinto grado estaban emocionados porque ese día tenían una excursión al zoológico.

La Seño Laura les había recordado varias veces las reglas a seguir y les había pedido que le avisaran siempre antes de ir al baño. - ¡Chicos, recuerden que la excursión es para aprender y divertirnos juntos! -les dijo la Seño Laura antes de salir.

Los niños estaban tan emocionados por ver a los animales que se olvidaron por completo de las indicaciones de la seño. Corrían de un lado a otro admirando a los leones, elefantes y jirafas.

Pero en un momento dado, Juanito sintió muchas ganas de ir al baño y decidió ir sin avisar a la seño. Mientras tanto, el grupo siguió avanzando sin darse cuenta de que Juanito no estaba con ellos. Fue entonces cuando escucharon un ruido extraño proveniente del bosque cercano.

Todos se asustaron y comenzaron a gritar. - ¡Qué pasa! ¿Dónde está Juanito? -preguntó la Seño Laura preocupada. - ¡No sé! ¡Se fue al baño hace un rato pero no volvió! -contestó María angustiada.

La Seño Laura rápidamente organizó al grupo y fueron en busca de Juanito. Lo encontraron temblando detrás de unos arbustos, asustado por haberse separado del grupo. - Tranquilo Juanito, estamos aquí contigo.

Siempre debes avisar cuando te alejes o vayas al baño, así podemos cuidarte mejor -le dijo la Seño Laura con cariño mientras lo abrazaba. Juanito se sintió seguro nuevamente junto a su maestra y sus compañeros. Regresaron al grupo donde todos estaban esperando ansiosos.

- Chicos, nunca deben separarse sin avisar ni alejarse del grupo. Siempre debemos cuidarnos unos a otros en todo momento -explicó la Seño Laura con firmeza pero dulzura.

A partir de ese momento, los niños entendieron lo importante que era seguir las indicaciones de la seño para estar seguros y disfrutar juntos cada aventura. Continuaron su excursión aprendiendo sobre los animales y compartiendo risas y juegos bajo el sol brillante del zoológico.

Al final del día, todos regresaron al CIPDES felices y llenos de anécdotas para contar en casa. Los padres recibieron a sus hijos con abrazos cálidos mientras escuchaban emocionados todas las historias vividas durante esa inolvidable excursión escolar.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!