La lección dulce del bosque


Érase una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, vivían dos hermanitos llamados Hansel y Gretel. Eran muy traviesos y curiosos, siempre buscando nuevas aventuras para vivir.

Un día, mientras jugaban en el bosque cercano a su casa, se encontraron con una extraña casita hecha completamente de dulces y caramelos. Los ojos de los niños brillaron de emoción al ver semejante delicia. "¡Mira, Gretel! ¡Una casita hecha de dulces! ¿Podemos comérnosla?"- exclamó Hansel emocionado.

Gretel miró la casita con cautela y pensó que algo no estaba bien. Pero antes de poder decir algo, apareció un hada mágica llamada Aurora. Aurora era un hada muy amable y sabia.

Siempre estaba dispuesta a ayudar a quienes lo necesitaban. "Hola queridos niños", dijo Aurora con su voz melodiosa. "Me alegra verlos tan felices aquí. Esta casita es mágica y pertenece a mí".

Hansel y Gretel quedaron sorprendidos por la aparición del hada pero rápidamente se dieron cuenta de que ella no tenía malas intenciones. "¿Eres tú quien vive aquí?"- preguntó Gretel intrigada. Aurora sonrió y explicó: "No exactamente. Esta casita es un regalo que hice para los niños del pueblo.

Es un lugar donde pueden encontrar refugio cuando lo necesiten". Los ojitos de los niños se iluminaron aún más al escuchar eso. "Pero... ¿podemos comer los dulces?"- preguntó Hansel tímidamente. Aurora asintió y les dijo: "Por supuesto, pero con moderación.

Los dulces son deliciosos, pero también es importante cuidar nuestra salud". Hansel y Gretel comprendieron el mensaje de Aurora y decidieron disfrutar de un dulce cada uno antes de seguir explorando el bosque.

Mientras caminaban, se encontraron con una anciana muy simpática llamada Rosa. Ella estaba buscando leña para su hogar. "¡Hola chicos! ¿Me pueden ayudar a encontrar leña?"- preguntó Rosa amablemente. Los niños accedieron encantados y comenzaron a buscar ramas secas por todo el bosque.

Mientras lo hacían, conversaron con Rosa sobre la importancia de cuidar la naturaleza y cómo cada pequeño gesto puede marcar la diferencia. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del interior del bosque.

Decidieron investigar y descubrieron que era un lindo conejito atrapado en una red. Gretel se acercó al conejito con cuidado y lo liberó mientras Hansel buscaba agua para calmar su sed.

El conejito agradecido saltó felizmente hacia el bosque mientras los niños seguían su camino junto a Rosa. Al final del día, Hansel y Gretel regresaron a casa llenos de alegría por todas las aventuras vividas. Le contaron todo a sus padres quienes estaban orgullosos de ellos por ser tan valientes y solidarios.

Desde ese día, Hansel y Gretel aprendieron importantes lecciones gracias al encuentro con Aurora, Rosa y el conejito. Aprendieron sobre la importancia de compartir, ser amables con los demás y cuidar de la naturaleza.

Y así, los hermanitos continuaron explorando el mundo con una nueva perspectiva, sabiendo que cada día era una oportunidad para aprender algo nuevo y hacer del mundo un lugar mejor.

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