La lección en el bosque



Había una vez dos hermanos llamados Benicio y Gaspar. Eran muy traviesos y les encantaba jugar todo el día. Pero había un problema: no le hacían caso a su mamá.

Un día, la mamá de Benicio y Gaspar estaba muy cansada de pedirles que hicieran sus tareas y obedecieran las reglas. Así que decidió hacer algo diferente para enseñarles una lección. "¡Benicio! ¡Gaspar! Venid aquí!"- llamó la madre con voz firme.

Los niños corrieron hacia ella, sin saber qué esperar. "Hoy vamos a hacer algo especial", dijo la mamá sonriendo-. "Vamos a ir al campo a reagarrar frutas para hacer una deliciosa torta". Los ojos de los niños se iluminaron ante esta idea tan divertida.

Se pusieron sus botas y salieron corriendo hacia el campo. La madre les explicó cómo debían reagarrar las frutas cuidadosamente, pero los niños estaban más interesados en jugar que en trabajar.

"Mamá, ¿podemos ir a explorar ese bosque?"- preguntó Benicio señalando un lugar oscuro entre los árboles. "No, hijos míos -respondió la madre-. Debemos terminar nuestra tarea primero".

Pero los niños no querían escucharla y salieron corriendo hacia el bosque sin prestar atención a las advertencias de su madre. Después de un rato jugando en el bosque oscuro, se dieron cuenta de que estaban perdidos. No sabían cómo volver al campo donde estaba su madre esperándolos para continuar con la tarea asignada.

Comenzaron a lloriquear y a gritar, pero nadie los escuchaba. "¿Qué vamos a hacer?"- dijo Gaspar con lágrimas en los ojos-. "Estamos perdidos".

Fue entonces cuando Benicio recordó algo que su madre les había enseñado: siempre debemos prestar atención a las instrucciones y obedecerlas para evitar problemas. "Tienes razón, Gaspar", dijo Benicio tratando de tranquilizarlo-. "Debemos buscar una señal que nos indique cómo volver al campo".

Los niños caminaron durante horas hasta encontrar una señal que indicaba el camino hacia el campo. Finalmente volvieron donde su mamá, quien estaba muy preocupada por ellos. La mamá de Benicio y Gaspar explicó lo importante que es seguir las instrucciones para evitar problemas y peligros innecesarios.

Los niños aprendieron la lección y prometieron ser más obedientes en el futuro. Desde ese día, Benicio y Gaspar se convirtieron en unos niños mucho más responsables y obedientes. Aprendieron a escuchar a su madre y respetar sus consejos.

Y así vivieron felices para siempre, siendo buenos hijos e hijas ejemplares gracias al amoroso aprendizaje de su madre.

FIN.

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