La Lección en el Bosque Sombrio



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, un grupo de amigos muy traviesos: Lucas, Sofía y Martín. Siempre estaban buscando aventuras y travesuras para hacer juntos.

Un día, mientras jugaban en el parque del pueblo, vieron a lo lejos a Don Lorenzo, el anciano del lugar. Don Lorenzo era conocido por ser muy sabio y siempre tener historias interesantes que contar. Los niños se acercaron corriendo hacia él.

"¡Hola Don Lorenzo! ¿Qué historia nos vas a contar hoy?", preguntó Lucas emocionado. Don Lorenzo sonrió y dijo: "Hoy les voy a contar la historia de Juanito, un niño muy desobediente que aprendió una valiosa lección sobre la importancia de la obediencia".

Los ojos de los niños se iluminaron y se sentaron alrededor de Don Lorenzo para escuchar atentamente la historia. "Juanito era un niño curioso e inquieto", comenzó Don Lorenzo. "Siempre hacía lo que quería sin pensar en las consecuencias.

Un día, su mamá le pidió que no saliera de casa mientras ella iba al mercado". "¡Pero mamá! ¡Quiero ir afuera a jugar con mis amigos!"- protestaba Juanito.

Su mamá le explicó pacientemente los peligros de salir solo y le recordó cuántas veces ya había tenido accidentes por no obedecer. Pero Juanito no quería escucharla y decidió escaparse cuando su madre salió. Juanito caminaba por las calles del pueblo sin preocuparse por nada.

Hasta que llegó a un bosque oscuro donde nunca antes había estado. La curiosidad lo invadió y decidió adentrarse en él. "¡Qué emocionante! ¡Esto es mejor que quedarme aburrido en casa!"- pensaba Juanito mientras avanzaba entre los árboles.

Pero a medida que se adentraba más, el bosque se volvía cada vez más oscuro y espeso. Pronto, Juanito se dio cuenta de que estaba perdido y no sabía cómo volver a casa.

El niño empezó a asustarse y se arrepintió de no haber obedecido a su mamá. Entonces, escuchó una voz suave que le susurraba al oído: "Si quieres encontrar el camino de regreso, debes seguir las indicaciones del bosque".

Juanito miró a su alrededor y vio unos pequeños carteles colgados de los árboles. Cada cartel tenía una flecha apuntando hacia la dirección correcta para salir del bosque. Siguiendo las indicaciones del bosque, Juanito logró encontrar el camino de regreso a casa.

Cuando llegó, su mamá lo abrazó con alivio pero también con tristeza en sus ojos. "¡Juanito! ¿Por qué desobedeciste? ¡Me tenías muy preocupada!"- dijo su madre con voz temblorosa. Juanito bajó la cabeza avergonzado y respondió: "Lo siento mucho mamá.

Me dejé llevar por mi curiosidad y ahora me doy cuenta de lo importante que es obedecer". Desde ese día, Juanito aprendió la lección sobre la obediencia.

Comenzó a escuchar atentamente las instrucciones de sus padres y maestros, entendiendo que lo hacían por su bien y seguridad. Y así, Juanito se convirtió en un niño responsable y obediente. Ya no buscaba aventuras peligrosas, sino que disfrutaba de la compañía de sus amigos en juegos seguros y divertidos.

Los niños escucharon atentamente la historia de Don Lorenzo y reflexionaron sobre ella. A partir de ese día, Lucas, Sofía y Martín decidieron ser más obedientes con sus padres y maestros para evitar situaciones peligrosas. Desde entonces, Villa Feliz se llenó de risas y juegos responsables.

Y los niños aprendieron que la obediencia es una cualidad importante que los ayuda a crecer sanos y felices.

FIN.

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