La lección en el campo



Había una vez en el pueblo de El Ejido un grupo de niños muy curiosos y aventureros de 1ºB del CEIP Jesús de Perceval.

Reda, Amina, Israe, Hajar, Marieme, Maroua, Laila, Youssef, Zakaria, Farah, Adam, Ismail y Sara estaban emocionados porque iban a hacer una excursión al campo. Antes de partir hacia su destino, decidieron pasar por la tienda del pueblo para comprar patatas fritas y refrescos.

Al llegar a la tienda con sus mochilas llenas de entusiasmo y alegría, los niños se encontraron con el dueño del local que les recibió con una gran sonrisa. "¡Hola chicos! ¿Qué van a querer hoy?" -preguntó amablemente el dueño.

"Queremos patatas fritas y refrescos para llevarnos en nuestra excursión al campo", respondió Reda emocionado. El dueño les sirvió las patatas fritas y los refrescos mientras los niños charlaban animadamente sobre todas las cosas divertidas que harían en el campo.

Una vez tuvieron todo listo, salieron corriendo hacia su destino. Después de caminar un rato por el campo disfrutando del sol y la naturaleza, los niños vieron algo inusual entre unos arbustos. Se acercaron con cuidado y descubrieron un nido de serpientes.

Los pequeños se asustaron al principio pero recordaron lo que habían aprendido en clase sobre cómo actuar si se encuentran con animales salvajes. Decidieron mantener la calma y observar desde lejos sin molestar a las serpientes. "Chicos, no debemos acercarnos mucho ni hacer ruido.

Las serpientes están descansando", dijo Ismail en voz baja. Todos asintieron entendiendo la importancia de respetar a los animales salvajes en su hábitat natural.

Observaron maravillados cómo las serpientes se movían con elegancia entre las ramas mientras el sol brillaba sobre sus escamas brillantes. "¡Qué interesante es la naturaleza! Nunca imaginé ver algo así", exclamó Maroua impresionada. Los niños pasaron un buen rato observando a las serpientes hasta que estas decidieron alejarse tranquilamente.

Entonces continuaron su camino por el campo disfrutando aún más de su excursión gracias a esa experiencia inesperada. Al regresar al colegio al día siguiente compartieron su historia con sus compañeros durante clases mostrándoles fotos que habían tomado como recuerdo.

La maestra felicitó a los niños por haber actuado con responsabilidad frente a un encuentro tan sorprendente e inusual como aquel nido de serpientes.

Desde ese día, Reda, Amina, Irse, Hajar, Marieme, Maroua, Laila, Youssef, Zakaria, Farah, Adam, Ismail, y Sara comprendieron aún más la importancia del respeto hacia todos los seres vivos y prometieron seguir explorando el mundo con curiosidad pero siempre cuidando del entorno natural que les rodeaba.

FIN.

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