La lechuza Sabia


Había una vez en el bosque un ave muy sabia llamada Sabia, era una lechuza majestuosa con plumas suaves y grandes ojos brillantes.

Sabia vivía en un árbol hueco en lo más profundo del bosque, donde pasaba sus noches observando con atención todo lo que sucedía a su alrededor. Un día, el bosque comenzó a oscurecerse misteriosamente, las plantas se marchitaban, y los animales estaban preocupados. Sabia decidió emprender un viaje para descubrir la causa de este extraño suceso.

Durante su viaje, se encontró con otros animales del bosque que estaban asustados y confundidos. -Hola, lechuza Sabia -le dijo el zorro-. ¿Puedes ayudarnos a descubrir por qué el bosque se está marchitando? -Claro que sí -respondió Sabia con voz calmada-.

Pero necesitaré la ayuda de todos para resolver este misterio. Así, la lechuza y los demás animales se unieron para investigar.

Juntos recorrieron el bosque, hablaron con las plantas y los ríos, y finalmente descubrieron que el problema era la falta de agua. El arroyo que proveía de agua al bosque se había obstruido, impidiendo que el agua fluyera libremente.

Sabia y sus amigos trabajaron juntos para limpiar el arroyo, permitiendo que el agua volviera a fluir y revitalizara el bosque. Desde ese día, Sabia enseñó a los animales del bosque la importancia de cuidar su hogar, de trabajar juntos y de ser observadores para resolver problemas.

El bosque volvió a estar lleno de vida y alegría, y Sabia siguió siendo la lechuza más sabia y respetada del lugar.

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