La Leyenda de las Estrellitas de La Paternal



Hace mucho tiempo en el barrio La Paternal, vivían dos amigas inseparables, Vika y Aime. Ambas compartían un amor por la aventura y la curiosidad. Cada tarde, después de hacer las tareas del colegio, se reunían en el parque del barrio para jugar y fantasear. Un día caluroso de verano, decidieron explorar un rincón del parque que nunca habían visitado: un pequeño bosque lleno de árboles altos y flores de colores brillantes.

"Vika, ¿te imaginás qué misterios puede haber en este bosque?" - preguntó Aime con los ojos brillando de emoción.

"Seguro hay hadas o duendes ocultos entre los árboles" - respondió Vika, riendo.

Mientras exploraban, encontraron un claro en el bosque donde había un hermoso lago. En el centro del lago, había una roca que parecía brillar como si estuviera cubierto de estrellas.

"Mirá, Aime, ¡esa roca parece mágica!" - exclamó Vika.

"Debemos acercarnos y descubrirlo", sugirió Aime con determinación.

Ambas nadaron hasta la roca, y cuando la tocaron, una suave luz envolvió el claro. De repente, aparecieron pequeñas estrellitas brillantes que danzaban alrededor de ellas. Las estrellitas eran los deseos de los niños del barrio, que se habían perdido en el tiempo.

"¿Qué es esto? Son tan lindas!" - dijo Vika, asombrada.

"Son deseos olvidados, Vika. Necesitan ser devueltos a los niños que los pidieron" - dijo Aime, entendiendo que era una misión importante.

Pasaron horas divirtiéndose con las estrellitas, recopilando las historias de quienes habían pedido esos deseos. Cada estrellita tenía el nombre de un niño y un deseo escrito en su luz. Decidieron que deberían hacer algo para cumplir esos deseos. Las amigas se miraron y, juntas, planearon un gran festival en el barrio. Invitarían a todos los niños a participar y, al mismo tiempo, devolverían los deseos en forma de diversión.

Días después, organizaron un festival lleno de juegos, risas y sorpresas. Pintaron pancartas, prepararon galletitas y decoraron el parque con luces y globos.

"¡Esto va a ser increíble!" - dijo Vika mientras colgaba las luces.

"Sí, haremos que cada niño sienta su deseo y viva un día especial" - respondió Aime, llena de entusiasmo.

El día del festival, los niños del barrio llegaron con sus familias. Vika y Aime organizaron juegos como carreras de bolsitas, búsqueda del tesoro y cantaron canciones. Cuando cayó la noche, las estrellitas comenzaron a brillar en el cielo y, poco a poco, fueron regresando a la roca del lago.

"¡Mirá, Aime! Las estrellitas vuelven a su hogar" - dijo Vika, emocionada.

"Significa que hemos cumplido los deseos de todos" - respondió Aime, feliz.

Desde aquel día, la leyenda de Vika y Aime se convirtió en un cuento en La Paternal. Los habitantes, al ver las estrellas brillar en el cielo cada noche, recordaban la importancia de la amistad, la ayuda mutua y la alegría de compartir momentos especiales. Muchos niños del barrio empezaron a compartir sus sueños y deseos con sus amigos, sabiendo que juntos podían hacer magia.

Y así, Vika y Aime aprendieron que cada pequeño deseo, cuando se comparte con amor y dedicación, puede convertirse en una gran aventura que ilumina la vida de todos. Nunca olvidaron su día en el bosque; su amistad y la alegría de los demás eran las verdaderas multitudes que hacían brillar el corazón de La Paternal.

FIN.

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